Cuando quedan poco más de 48 horas para que la casa de Guadalix de la Sierra cierre sus puertas, los cuatro finalistas no cultan sus nervios. Los concursantes no saben cuándo se celebrará la gran gala, algo que les tiene en vilo durante las 24 horas del día.
Los cuatro concursantes quieren que la gala se produzca cuanto antes, deseo que les ha hecho estar todo el fin de semana en máxima alerta. Aunque se muestran encantados con su llegada a la final, todos coinciden en sus ganas de que la gala llegue cuanto antes. La morriña y las ganas de ver a sus familiares y amigos han invadido a todos, haciendo que los últimos días dentro de la casa de Guadalix sean lentos y pesados.
Los finalistas se han pasado el fin de semana recordando su paso por el concurso, cómo han sido sus relaciones con el resto de los concursantes y valorando positivamente su estancia en la casa de Guadalix de la Sierra. Todos creen que volverían a entrar en el reality, aunque reconocen que el premio es algo fundamental para ellos. "Si no fuese por la recompensa que hay, no aguantaría todo lo que he aguantado aquí", ha admitido Igor
Susana, por el contrario, cree que el premio es lo de menos, e incluso reconoce que esta experiencia podría ser más auténtica sin un premio final. Pero la joven no tarda en cambiar de opinión, y admite que los 300.000 euros es lo que más le importa en este momento.
Aunque ninguno de ellos sabe cuándo se celebrará la ansiada final, todos coinciden en su deseo de que sea lo antes posible. Hasta Igor y Desi se han puesto de acuerdo en esto, y se han pasado el fin de semana buscando pistas sobre el día elegido por la organización para dar el nombre del ganador de 'Gran Hermano catorce'.