Las palabras de Mercedes Milá a Susana en la última conexión con la casa de la Gala 12 de ‘Gran Hermano catorce’, “no tienes ninguna culpa”, abrieron otra vez la herida entre la murciana y Gonzalo.
Susana se quedó encantada con las palabras de la presentadora, no tanto el gemelo. Tras pensar si estaba quedando como “el malo de España”, o peor aún según sus palabras, en “el tonto de España”, decidió volver a hablar con su compañera.
Gonzalo pensó mucho en lo que debía decirle y se dejó aconsejar por su hermano Carlos, que tenía claro lo que debía explicarle: “Susana nos quiere un montón a los dos. Tú lo que tienes que decirle es que estamos pasando hambre y estamos todos mosqueaos y ya está”.
El concursante no lo tenía del todo claro, pero aun así se lanzó, aunque no sabemos si empezó con el mejor pie: “Estoy decepcionado contigo, te cierras a todo”. Susana le contestó que si se está cerrando es porque no tiene claro que lo suyo vaya a funcionar fuera, por eso “no quiero volver a la situación de antes porque no quiero jugar contigo y porque me haces sentir culpable”.
El gemelo no estaba dispuesto a darse por vencido y prosiguió: “¿Y si en el futuro nos sintiéramos bien con ello? Yo no me cerraría a nada". Susana reconoció entonces que estar alejada de él no le gustaba, pero que en el fondo creía que era lo mejor para ambos: “Sí que te echo de menos, pero no quiero estar mal”.
En este momento que parecía sin retorno, de repente, Susana insinuó a Gonzalo que no tenía la puerta cerrada del todo. La concursante le propuso que esperaran a salir de ‘Gran Hermano’ para ver qué sucedía entre ellos, algo que no parecía suficiente para el gemelo, que insistía en que le diera una oportunidad.
Tras un bucle sin sentido, por fin ambos llegaron a una especie de acuerdo: Susana continuará conociendo a Gonzalo en la casa, sin prometer nada, y sin cerrarse a que fuera pueda haber algo entre ellos. Al gemelo pareció gustarle la opción, viendo en ella la posibilidad de que si dentro de la casa Susana le conoce bien, podría llegar a dejarse llevar.