Los constantes gritos de Carlos y Gonzalo durante la prueba semanal irritaron a Kristian y Sonia. Ella decidía aconsejarles: "Se meten demasiada caña el ambiente que crean es un poco cargante". Carlos se confesaba un tanto enfadado tras este comentario: "Sonia está tocando un poco la moral, si yo soy así soy así, si no te gusta para eso tienes las nominaciones".
Kristian también se quejaba con sus compañeros: "Llevo toda la tarde escuchándoles, lo tengo aquí taladrado", decía. Al concursante le encantaría llegar a la final aunque fuera ese mismo día y añadía: "¡Uy! Si me tocan los gemelos no quiero, me ponen de los nervios".
Gonzalo, sabiendo lo que ocurría en la casa y los comentarios que corrían por los pasillos, se mostraba preocupado en el confesionario: "Tenemos dudas de que nos puedan nominar, me dolería porque son mis amigos", decía.
Pero lo que de verdad molestó a los gemelos fue lo que Susana les desveló: "yo tuve una bronca por defenderos a vosotros". Las preguntas surgían rápidamente ¿De qué? ¿De quién? Y Susana no quería ni dar más nombres ni más detalles: "Empezaron a decir que seguramente habíais hecho trampas (…) No te voy a decir nada porque no tenía que haberte dicho nada" y el enfado de Carlos no se hacía esperar: "me c… en los muertos de quien lo haya dicho".
Más tarde, Susana continuaba la charla con Gonzalo, "sabes que Kristian se pone súper picado", le decía y Gonzalo reflexionaba sobre ello en el confe: "hubo un comentario de Kristian de que podíamos estar haciendo trampas para intentar quedar lo más delante posible". El comentario les ha dolido, "nos hemos sentido bastante mal porque en mi vida dudaría de él, de que es tramposo, porque si una persona es competitiva lo primero que no puede ser es tramposo".
Más tarde, el enfado de Carlos continuaba y, junto a Adrián, analizaba el comportamiento de Kristian durante la fiesta. Él bailaba con las chicas ante su atenta mirada: "veo a Kris potencial ganador pero lo veo un error. Y para mí es que muchas veces quiere ser demasiado protagonista", analizaba Adrián; "mucho, eso es problema suyo", replicaba Carlos.
La noche continuaba, Kristian se disfrazaba de chica y volvía a la pista de baile: "Kristian quiere ser el protagonista", decía de nuevo Adrián, "es el cabecilla del grupo", concedía Carlos, "es más tú intenta tal… y encima se pone celoso".