Antes de entrar en la sala e expulsión, Adara le ha pedido a Pol que la abrazara fuerte por si era la última vez, mientras éste le susurraba: “Pase lo que pase”. La azafata le ha dicho que le esperará fuera y el luchador le ha entregado su caja, algo que no le ha hecho mucha gracia: “Se la ibas a dar a las dos (refiriéndose a Bea)”.