Muchas y muy variadas han sido las reacciones en la casa de Guadalix cuando Jordi González les ha enseñado los porcentajes ciegos de votación para la expulsión. Mientras que Raquel se ha echado las manos a la cara muerta de miedo y de sorpresa, Maite se ha venido arriba y ha comenzado a dar las gracias a España convencida de que ella era la que menos porcentaje tenía. Lo que Maite no esperaba es que su hija le dijera que es posible que los dos porcentajes empatados con un cuarenta y cinco por ciento pudieran ser ellas dos.
Minutos después y con Maite venía arriba al conocer los porcentajes ciegos, Jordi ha vuelto a conectar con la casa para pedirles que fueran todos al salón para que las tres nominadas pudieran hacer un alegato en su defensa. Maite ha sido la primera en coger la palabra para comenzar a tirarse flores con muchísima energía y dejar claro a la audiencia que ella es una mujer "súper limpia".
"Yo me considero una mujer súper limpia, creo que lo he demostrado con mis compañeros. He pedido disculpas del primer arrebato que me dio y desde luego, que sí veo algo que está en mi contra y creo que tengo la razón, lo voy a luchar hasta el infinito aunque, me cueste la vida. Creo que soy buena compañera, fiel, leal sobre todo. Digo todo a la cara, si la gente se enfada conmigo por ir de frente, lo siento mucho, es mi carácter. Nunca me voy a dejar del contrincante, jamás. Y lo que nunca, nunca, nunca la Maite Galdeano va a ser es meter por detrás el cuchillo como he visto, nunca, yo soy limpia y España lo tiene que saber, soy limpia, recta y directa. Me tengo que quedar aquí en la casa porque sí, porque tengo juego, porque soy graciosa, porque imito a la gente...".
Sofía ha seguido a su madre y se ha subido a la plataforma para dejar claro por qué no había sido la concursante más amigable de la casa de Guadalix: "Mis compañeros han decidido nominarme porque he estado un poco alejada de todo el mundo, pero yo no soy así", ha intentado explicar Sofía el motivo que le ha llevado a no entablar más amistades dentro de la casa y centrar su atención únicamente en Suso. "Yo también soy muy clara, no me gustan las hipocresías, no voy a hacer la pelota a nadie por estar nominada, no voy a regalar mis palabras, ni mis sentimientos... Y nada, que me apoyéis y espero que me podáis conocer más", ha terminado explicando Sofía con la única intención de que la audiencia le salve.
Por último, Raquel ha aprovechado su tiempo para defenderse sin tener que atacar a nadie: "Para defenderme no quiere atacar a nadie, solo quiero que me apoyéis porque sé que igual mis principios en 'Gran Hermano' no han sido los mejores, pero he tenido mucha tensión, pero creo que los animos ya están más calmados. Tengo muchos amigos y mucha ilusión por estar en aquí. Ojalá que dentro de tres meses me veáis como realmente soy".
La nueva Maite, una mujer de bandera
Dicen que después de la tempestad siempre llega la calma y parece que eso es lo que le ha pasado a Maite. La madre de la casa ha pasado de ponerse como una furia a ser la amabilidad en persona con sus compañeros y se siente mucho mejor. Ella está feliz con esta nueva situación y reconoce que se volvió loca, pero sus compañeros tienen muchas dudas. Tienen la sensación de que Maite está haciendo un papel tras saber que está nominada.
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Si hay algo que Maite tiene claro es que es guapísima y que no se puede gustar más. Sus ojos, su cuerpazo, su arte... Maite se considera una mujer cañón y se lo repite constantemente delante del espejo. Aunque no ha terminado de confesarnos su edad, es consciente de que los años han pasado por ella pero eso sí, cuando era joven "era lo más" y tiene claro que ninguna de las chicas de la casa le podría hacer sombra.