Para Marina, la familia es lo más importante que hay en su vida porque sabe que los suyos nunca le van a fallar. Vive con sus padres y con su bebé, antes vivía también con su hermana y con sobrina a la que quiere con locura. De pequeña era una niña gordita, pero cuando entró en la adolescencia decidió cuidar su cuerpo y arreglarse mucho. Le encantan los tatuajes, pasear por el campo y adora cocinar. Se considera una persona extrovertida, de ideas fijas y simpática. Su objetivo en la casa de Guadalix es demostrar que no hay que dejarse fiar por las primeras impresiones.
Nada más entrar en la casa, Marina se ha llevado un buen disgusto al saber que su bebé no iba a poder estar todo el tiempo a su lado. El Súper le ha comunicado que Juan, su hijo, iba a estar en una sala paralela y ella podría ir a verle cuando quisiera, pero que el bebé no podía estar dentro de la casa con los demás concursantes. Las lágrimas han comenzado a caer por las mejillas de Marina porque nunca se había separado de su bebé.