El ambiente en la casa de Guadalix de la Sierra está algo cargado. La dura convivencia está pasando factura entre los concursantes, y hasta las amistades que parecían que parecían más fuertes que ninguna han comenzado a sufrir los primeros roces.
Marta y Sindi . Marta se ha enfadado porque alguien le ha quitado una barra de pan. Asegura estar cansada de que todo el mungo le tome el pelo y está convencida de que cada uno hace lo que quiere con la comida. Pipi, al verla tan exaltada, le pide a su amiga que no se ponga tan nerviosa, algo que ocasiona el efecto contrario en la joven.
Sindi intenta explicarle que todo lo que le ha dicho es por su bien, pero Marta, lejos de escucharla, se pone cada vez más nerviosa. Le recrimina que siempre le dice que no hable para quedar bien delante de los demás y está cansada de que siempre trate de dejarle mal delante de todos sus compañeros.
Pipi, sorprendentemente tranquila, escucha a su amiga antes de intentar hacerle cambiar de opinión. Le asegura que nunca le ha pedido que se callase y que todo lo que hace es por su bien, "para que no tenga otro arrebato dentro de la casa". Marta sabe que su amiga lo hace por su bien, pero le pide "que no le diga las cosas delante de los demás".
Pipi cree que las formas le pueden a su amigo, que son las culpables de su nominación y asegura que lo único que quiere evitar diciéndole las cosas es "que la próxima semana no vuelvan a nominarle sus compañeros". Sindi le deja muy claro lo que piensa, pero le asegura que, si ella quiere, la próxima vez no le dice nada.