Parece que esta semana los concursantes de 'Gran Hermano 12+1' Todo apunta a que han decidido dar por perdida la prueba del hielo, por lo que el presupuesto para la lista de la compra será cero.
Ya sabemos por otras ediciones cómo afecta el hambre al humor de los concursantes. Cuando la comida escasea los problemas aumentan, lo que nos hace predecir que la próxima semana la convivencia entre ellos va a ser de lo más movidita. Los inquilinos de la casa de Guadalix de la Sierra, que ven muy oscuro su futuro cercano, han decidido empezar a cortarse a la hora de comer.
Pero no todos los concursantes llevan bien el ayuno y Juan, a pesar de ser cura, es el que peor lleva el ayuno. El 'pater' lleva toda la mañana caminando en círculos por la cocina, respirando con fuerza y quejándose de la falta de pan y de leche. "Llevo peor tener un trozo de pan cerca y no poderlo comer a que no haya comida a mi alcance", se queja el concursante cuando sus compañeros de juego le proponen racionar la comida que les queda.
Parece que Juan, que ya se ha mostrado contrario a algunas de las opiniones de la iglesia, tampoco se siente muy cercano a a la idea del ayuno. No se siente con fuerzas para repartir la poca comida que les queda y se queja del poco desayuno que supone para él un cuarto de barra de pan por persona.