Noe y Aless, atracción fatal

telecinco.es 21/05/2012 11:07

El mosquetero ha caído de nuevo. Una semana de convivencia en la casa de Guadalix le ha bastado a Noemí para derribar el muro que Aless había puesto entre ellos y es que la canaria se ha empleado a fondo para conseguir el perdón.

Sin embargo, el fin de semana no pintaba bien. La tarde del viernes Aless y Noe protagonizaban una sonora bronca que ponía en peligro la estrategia de acercamiento de Noe, que perdía los papeles y le decía a gritos a Aless que estaba despechado. "¡Apedréame! ¡Acuchíllame! Lo que pasa es que está despechado porque Rafa en cinco días me dio lo que éste no me pudo dar en tres meses", dijo con una sonrisa más que maliciosa.

Aless y Noe comparten ducha

Aless ponía distancia y se desfogaba haciendo deporte. Sin embargo, la campaña de acoso y derribo estaba a punto de comenzar. Tras un rato, Noe se acercaba y se sentaba en el manillar de la bici. Ni un lo siento, ni el más mínimo atisbo de disculpa. La charla era banal y ni siquiera la pregunta de Aless cambiaba el ritmo de Noe. Imperturbable, seguía con su charla hasta que le ha interesado saber en qué punto estaba su historia. "Cuéntame algo de tu ciudad y cerramos un poco nuestro mal tema." Absorbido por la charla de Noe, Aless cedía. "Ya está cerrado."

Su estrategia estaba surtiendo efecto y Noe se subía a horcajadas sobre la espalda de Aless, que ya parecía totalmente entregado a la reconciliación y no oponía resistencia y dejaba a la canaria compartir su ducha. Bajo el agua, más arrumacos. Los primeros besos desde su ruptura, abrazos y mimos. Ya no hay marcha atrás. El mosquetero ha caído de nuevo.

Abrazados en el sofá

Tras la ducha, un nuevo reencuentro tuvo lugar en el sofá. Con Aless amodorrado, Noe no desaprovechaba el momento y se tumbaba muy cerquita del italiano. Sin embargo, Noe quiere más. El italiano parecía distante. "¿No me quieres abrazar?", le decía Noe a un mosquetero que, tras el amoroso reencuentro en la ducha, parecía querer mantener la distancia y decía que no le salía de forma natural.

Una mañana picante

Tras dormir cada uno en su cama, el buen rollo parecía haberse instaurado en la casa de forma definitiva. La charla fluida, los mimos, los abrazos... ¿Quién era Fael? El brasileño parece no haber existido en sus vidas.

Aless estaba receptivo y la canaria se ponía picante. "¿Te gusta mi pijama nuevo? y ¿sabes lo que hay? Una conejita en braquitas", le decía con picardía mientras se contoneaba mientras escuchaba la puyita de Aless. "Una conejita promiscua."

Más besos. Más abrazos. Eso sí, sin dormir juntos, pese a lo que dicen sus compañeros, que siguen atónitos ante el reencuentro de la pareja, sobre el que Aless no quiere dar explicaciones. "Si una persona se porta bien conmigo, no tengo por qué no portarme bien con ella", ha dicho Aless que justifica su actitud en la gala. "Lo dije por el enfado."

Noe y Aless quieren dormir juntos

El amor está en el aire. Más besos, más abrazos. Noe no le da ni un respiro a Aless, que se deja querer y le sigue el juego. Revolcones, besos, juegos... Sin embargo, ninguno quiere ser el que de el paso de mudarse a la cama del otro y pasar la noche bajo el edredón. El deseo está ahí. Noe insiste a Aless, que duerme abrazado a su almohada, para que vaya a su cama. Aless se resiste y pasa la noche en su cama pero ¿aguantará un día más el acoso y derribo de Noe?