Kristian, a Sonia tras su casi 'edredoning': "No hay besos ni nada, y eso sí"

telecinco.es 05/03/2013 02:07

La tensión entre Kristian y KristianSonia Él le buscaba pero ella, aunque a veces se dejaba abrazar, le rehuía cuando llegaba el momento del beso. Así hemos vivido tres 'cobras', pero él no se daba por vencido. Una fiesta fue el punto de inflexión: Kristian le advertía, en ese ambiente todo podía cambiar, podía decir las cosas tal y como las pensaba.

Y así pasó: habló y actuó. Kristian intentó besarle, y lo consiguió (según confirmó después). Le confesó que estaba empezando a enamorarse, pero luego Sonia le rehuía. Él decidió dejarle un detallito en la cama: una flor, pero cuando la vio hablando de su ex, o su novio, con el resto de compañeros, decidió cambiar de chip y quitó la flor de su sitio. Mientras tanto, Sonia se desahogaba: "Yo no estaría tranquila si no le hubiese explicado lo que siento, pero lo sabe".

Tras la tempestad, llegó la calma. A la mañana siguiente, Sonia le decía que no quería hacerle daño, prefería estar con él que desahogarse hablando de quien aún parece ocupar sus pensamientos. Él le pedía que no se rayara y, una vez más, las aguas regresaban a su cauce.

"Tengo sentimientos y no me encuentro en disposición ni de querer a alguien ni de poder dar lo mejor de mí", decía ella en el confesionario con él muy cerca, y le daba un tierno beso en la mejilla: "sé que se va a enamorar de mí", decía Kristian entre risas.

Tras el confesionario tocó una sesión de masajes. Sonia cogió los pies de Kristian: ¿Te gusta fuerte o flojo?", le preguntaba; y él le contestaba: "flojo al principio y fuerte después". Y las tornas se dieron la vuelta: él le daba un mensaje en la espalda y le decía: "¿Y esos suspiritos? Me gusta cuando lo haces"

Y… se metieron bajo el edredón y hubo 'edredoning', o casi. Apenas les veíamos pero, como suele suceder en 'Gran Hermano', el movimiento de las sábanas es el chivato de la casa. Lo cierto es que, después, Sonia decía: "D p… madre" y parecía que se ponía los pantalones. "1-0", decía Kristian, ella salía de la cama, le daba un beso y replicaba: "bueno, me voy a pasar mi vergüenza al baño ¿vale?".

Poco después, se reunían en la cocina, en un pequeño aparte, Kristian le decía a Sonia: "Yo no quiero el beso ya. Y luego no hay besos ni nada, y eso sí, es muy fuerte ¿Eh?" Y fue a darle un beso, pero no lo hubo: "¿ya qué más da", "estoy flipando, estoy en shock", replicaba ella y él optó por la ironía: "Por qué ¿no te ha gustado tanto?", ambos se reían, pero lo cierto es que Sonia estaba preocupada: "No pasa nada si yo creo que no se ha visto nada", "me muero", decía ella; "no ha pasado nada, no hemos hecho nada", concluía él.