Amores, celos y erupciones volcánicas en la casa de 'Gran Hermano'. Pol, tras unos días ocultándolo, ha decidido sincerarse con Adara y contarle que Miguel se le había declarado en el apartamento. La reacción de la azafata ha sido un estallido contra Miguel y contra todos los compañeros que lo sabían. "Eres un sinvergüenza, de los pies a la cabeza. No tienes vergüenza, mala persona!", ha gritado fuera de sí. "Me has estado tratando de loca. Me has hecho llorar mucho. Déjame en paz. ¡Ahora ya no estoy loca ¿no? Me habéis tratado todos de loca!". Los gritos de Adara han traspasado Guadalix de la Sierra y han dejado a Miguel al borde de un ataque de nervios: "No puedo más, estoy al límite", ha dicho llorando aunque también ha afirmado que siente que toda la casa está junto a él.
Adara estalla contra Bea
Bea se ha acercado a Adara para intentar calmarla tras su estallido, pero la azafata se ha enterado de que Bea y otros habitantes de la casa sabían que Miguel estaba enamorado de Pol y nadie se lo había dicho. “Déjame en paz, ¡lárgate!”, le ha gritado a Naranjita cuando esta intentaba animarla. Adara no puede perdonar que la llamara celosa y posesiva cuando sabía que sus temores eran más que fundados.
Fernando y Clara quieren deshacerse de Pol
Mientras Pol es el objeto de las pasiones de Adara y Miguel, para Fernando y Clara el luchador no es trigo limpio. A los dos les gustaría verlo nominado porque no se fían de la amistad que demuestra con Rodrigo. Fernando se guía por sus sensaciones y Clara por el consejo que le dio Montse cuando salió expulsada pero el caso es que ambos llevan toda la semana con la mosca detrás de la oreja porque no confían en la amistad de Pol y Rodrigo y están convencidos de que fingen para seguir en la casa.
Rodri y Bea se centran en su especial relación
Mientras la casa tiembla con las crisis entre Adara, Miguel y Pol, Naranjita prefiere no liarla con Rodri y cuidar la relación tan especial que existe entre ambos. A Rodri no le cuesta mantener las distancias para no poner en peligro su amistad, pero a Bea cada vez se la hace más cuesta arriba compartir todo tipo de arrumacos con Rodri y que las cosas entre ambos no vayan un paso más.