"Me quiero ir. Me estoy dando cuenta de que estoy haciendo daño a mucha gente de fuera. Creo que se me está yendo todo tanto de las manos que no puedo más", ha dicho muy agobiado Miguel en el confesionario. Parece que cada día se siente peor dentro de la casa: "Cada vez voy a peor. Esto no es un juego, es mi vida. La gente no entiende que yo sufra".