Con el paso de las horas, Adara ha sido consciente de lo que supondrá para su estado de nervios el hecho de que su chico comparta cama con Miguel: “No quiero que le sobe, tía”, le decía visiblemente intranquila a su confidente Bárbara. ‘La Madrastra’ intentaba calmar a su amiga: “Estate tranquila, Miguel ha tenido un acercamiento contigo y estoy segura de que te va a respetar”.
Por su parte, Pol y Miguel han pasado su primera noche solos en el apartamento filosofando sobre la vida y sobre la importancia de quererse a uno mismo. Visiblemente a gusto, los amigos han dejado más que clara la complicidad que les une. A Miguel le encanta ilustrar a Pol, y a Pol “le encanta escucharle”.