A la mañana siguiente de la disputa entre Omar y Luis, ambos seguían comentando lo ocurrido. Cada uno contaba su versión tanto a compañeros como en el confesionario, y criticaban la actitud del otro. Luis apuntaba que no tenía miedo, pero tampoco está dispuesto a recibir “amenazas” cuando salga a la calle. Omar, por su parte, acusaba a Luis de utilizar la palabra “maltratador psicológico” con demasiado facilidad y sin ser consciente de lo que eso significa.