Su reencuentro fue en el sofá. Aless, amodorrado, no opuso resistencia cuando Noe se tumbó con él y se pegó como una lapa. La canaria, distante cuando él le pidió disculpas durante el día, parece tener una estrategia infalible con Alessandro.
"¿No me quieres abrazar" pregunta Noe primero mientras él explica que no le sale de forma natura. "No tienes sangre y nada", espeta Noe a un Aless inexpresivo mientras ella no para de achucharlo y besarlo en el cuello. Noe no ceja en su empeño. Pasa al ataque y se sube encima de él comiéndoselo a besos. "Eres peor que Torso cuando se volvía loco" comenta Aless riéndose.
Noe no quiere desaprovechar esta nueva oportunidad y el italiano está por la labor ya que no opone mucha resistencia. Ella, totalmente decidida a reconquistar a su mosquetero, ríe y se aplica a fondo en el acoso y derribo amoroso. La surfista le pide a su mosquetero que le abrace, por favor. A Aless de momento no le sale, y permanece a la defensiva, muy tranquilo, hasta que se levanta. Quizás la distancia física es la única salida que encuentra para no caer en la tentación.
Después de una vuelta por la casa, el italiano se va a la habitación y llega el segundo ataque de Noe. Se tira sobre Aless. "Hazle petting", recomienda Dani, encantado de ser testigo directo de los arrumacos de Noe. Pepe observa en silencio con mirada felina y Marta sonríe. Al final, la "pareja" acaba por los suelos. "no se que pastilla te darán, Noe, pero yo quiero una igual", le suelta Ari a Noe.
Millones de ojos les miran fuera de la casa pero dentro todos están alborotadísimos. El culebrón Aless y Noe engancha fuera y dentro. Marta y Dani comentaban la jugada. Ari y Pepe tampoco dan crédito a lo que veían sus ojos. "¿A qué te molaría ir a su boda?", apuntaba Marta en el salón mientras que Dani confirmaba que es "lo que quería ver España". "A los dos les encantaría estar cabalgando el uno encima del otro", sentenciaba Marta.