Pepe tiene una espina clavada con María. La salida de la casa de la jerezana y su vuelta no le gusta al bailaor. Lleva día acusándola de utilizar información del exterior tras la repesca y ahora no iba a ser menos. Pepe se pone a reprocharle la relación tan buena que tiene ahora con Cristian y Juan tras haber estado juntos fuera. María le contradice: con Juan no estuvo fuera porque le echaron el día que entró ella. Pepe se queda callado, pero recuerda una frase que dijo ella: "aquí no todos somos como decimos que somos" y con la que él se sintió aludido.
Después de escuchar varios ejemplos de Pepe, María responde que no son más que tonterías sin importancia. Pepe aclara que: "Yo no he dicho que no sean tonterías y esto no significa que yo piense de ti que seas una mala persona, he dicho que eres la persona que menos transparente eres conmigo". María le reprocha que llamarla poco transparente es llamarla falsa.
María decide no callarse y confiesa a Pepe que le ha pillado varias noches criticándola en la cama. El bailaor se explica diciendo que cuando hablaba era porque se sentía mal, sucio, por haber dicho algo así de ella, que ni siquiera le había nominado a él. María ataca de nuevo: "El problema no es sólo que lo digas, es que lo pienses".
Pepe intenta rebajar el tono y propone más o menos hacer borrón y cuenta nueva. Ella le dice que el problema lo tiene él, porque es quien tiene una mala opinión de ella. Además, le dice que está muy dolida por un comentario que le hizo una vez muy hiriente. Parece que Pepe sabe perfectamente a qué se refiere María y le aclara que "Eso fue una equivocación y me arrepiento de habértelo dicho. No hay excusas. Fue bajuno y rastrero por mi parte. Ya se lo dije a Hugo". Llega el entendimiento y parece que entierran el hacha de guerra aunque sería un pacto de no agresión en lugar de la firma de la paz.