El jueves, al conocer que Marta no era la expulsada, las caras de los demás habitantes de la casa hablaban por sí solas, si bien, a ella le dieron la enhorabuena. Ari, de hecho, admitía en el confesionario su decepción. Noemí, por ejemplo, explicaba: “no quería que viniera Marta. Estaba dando una separación importante y, ahora, se va a dar mucho más”.
Mientras, Pepe y Sindia le daban su apoyo y protestaban por el comportamiento del resto de sus compañeros: “qué feo lo que hace esta gente”. Y, dirigiéndose a Marta, el bailaor le ha advertido: “la semana que viene te van a reventar viva” y le ha detallado que Vero, Noe y Ari están muy unidas y que la nominarán todas. Por su parte, con Vero, tumbada al lado, le ha dicho, en voz baja: “ésta es un bicho”.
Después, han comentado la actitud de ellas cuando Marta volvía a Guadalix. La nueva ha explicado que sabe que son falsas, ya que vio, a través del espejo, un mal gesto de Noemí, y ha concluido: “qué arpías. Pero si es que yo no les he hecho nada”.
Marta se derrumba
Asimismo, Marta ha mantenido un largo debate con Sindia y Pepe, asegurando que los ve falsos, ya que, cuando se acercan las nominaciones, se acercan más a sus otras compañeras. También ha asegurado que ella no es así y que, con las demás, no va a fingir.
Pepe le ha reprochado su actitud, afirmando: “eres una bocazas”, lo que ha provocado que, al final, Marta haya roto a llorar. Ha asegurado que “tengo que aprender a que no me importe, pero, de momento, me cuesta”, en referencia a los desprecios por parte de Vero, Noe y compañía.
Al día siguiente, Pepe le ha pedido perdón y Marta ha aceptado sus disculpas, ya que, según ha explicado, está muy perdida y él la está aconsejando.