El viernes, los habitantes de la casa de Guadalix se despertaban con la noticia: David abandonaba la casa. Ninguno de ellos daba crédito. Así, Ari mostraba su tristeza y sorpresa: “Yo lo veía mal, pero no para irse. Me he quedado muerta”. Michael le contestaba que “debía de estar muy agobiado como para irse”.
Muchos de ellos no pudieron reprimir las lágrimas como Ariadna, que abrazaba a Juan, uno de los mejores amigos de David en la casa. Los había más optimistas, que afirmaban que, cuando todos salgan de la casa, podrán seguir adelante con su amistad.
Ya en el confesionario, Ochoa, visiblemente afectada, hacía hincapié en la decisión del bombero y mostraba su disconformidad con ésta: “Se va a arrepentir de lo que ha hecho. Creo que se ha precipitado”.
Juan, por su parte, y a título personal, confesaba lo siguiente: “Que se vaya David, me deja sin un puntal muy importante en la casa”. Ochoa, de hecho, afirmaba que van a tener que consolar al cura porque se apoyaba mucho en David.
Sea como fuere, se ha ido uno de los concursantes más queridos dentro de la casa y, probablemente, tardarán un tiempo en cubrir el espacio que ha dejado en Guadalix.