En . Ocurrió en la cuarta edición. , pero en ningún momento ejerció de ninguna de las dos cosas. Pero los años pasan, con ellos las ediciones de Gran Hermano, y el cambio de los tiempos queda patente. Dámaso, un seminarista, que ha reconocido en el concurso que es gay, le ha tirado los tejos a sus compañeros, se ha teñido el pelo de rubio y se lo ha rapado por los lados y, para rematar, ha hecho lo que menos se esperaba: ponerse a rezar delante de todos y loar la figura del difunto Ponítifice, Juan Pablo II. Gran Hermano entró un sacerdote Su nombre era Rafa, y era gay
Su compañera de rezos ha sido Laura. Juntos han repasado algunas oraciones y han recordado la más molesta, 'El Credo', porque "era muy largo", ha dicho Laura. Y el 'Jesusito de mi vida', que se lo enseñó su madre y no lo olvida. Es más, piensa enseñárselo a sus hijos para que lo reciten antes de acostarse todos los días.
Pero la sorpresa ha saltado cuando Dámaso ha recordado la devoción que siente por Juan Pablo II: "Me enseñó muchas cosas. Le tengo devoción y cariño. Tengo sus películas. Me he tirado noches enteras pensando en él".
Momento de confesión truncado cuando Dámaso, mirando a la cámara, se ha lamentado de que la audiencia conozca hasta sus sueños. Entonces Laura ha aprovechado para apuntarse al carro de la fe y pedirle que rezasen juntos.
Las oraciones se han sucedido hasta que Laura ha pedido que lo hicieran por sus familias y por que estén orgullosos de ellos ahí fuera. Cosa que luego, en el confesionario, le ha dado cierta risa pues tiene perfectamente presente que algo pasa con su comportamiento y su familia: "yo no sé si estarán orgullosos de mí, como no sé nada de ellos".
Enfurruñado
Por otro lado, Dámaso no sólo ha mostrado su lado más católico esta semana. También se le ha visto más enfadado que nunca. Todo nace de las pruebas que están celebrando y las exigencias de los compañeros que no heredaron la comida de Terry. Dámaso se ha mostrado muy remolón, despertándose tarde y llegando media hora tarde a las pruebas.
Su actitud le ha valido los reproches de sus compañeros que, encima, se los ha tomado a mal. Laura ha dicho de él: "mete unas contestaciones que no sé qué le pasa". Para muestra un botón. Le preguntó la misma Laura qué pasaba que llegaba tarde y contestó con un lacónico: "El tiempo".