Después de hacer las paces con Patricia (él y Marta , haciéndola llorar el día anterior), 'el padrino de los tristes' Llamo a Terry a su presencia. Supersonriente y en actitud conciliadora le tendió la mano a su archienemiga. Ella le dio un abrazo, y reconoció que siempre había sentido celos de la buena relación que el modelo tenía con todos menos con ella en la antigua casa. "Tú nunca me has caído mal", comentó él, y la estrechó entre sus brazos de muy buena gana. la habían atacado
Pero la verdadera magia vino después. Como relata Anup en el confesionario, la renconciliación de Yago y Terry sirvió de catalizador para que esta casa unificada no lo fuera sólo de nombre. Precisamente mientras Yago y Terry firmaban la paz, en el cuarto de los nichos Chari y Rubén también limaban asperezas con Jhota y Marcelo después de la última gran bronca. La gaditana reconocio que le faltó el respeto al rapero y, el concedió que era él quien tenía que pedirle perdón por lo que la dijo. También ellos sellaron su reconciliación con un sentido abrazo.
Quizás Imbuido por un precoz espíritu navideño, Yago se despegó de la cama-trono desde la cual manejaba los hilos y, cual Mr. Scrooge en 'Cuento de Navidad', y salió de la suite dando abrazos a diestro y siniestro. En su arranque flower power incluso abrazó a Dámaso y Lydia, gente con la que nunca han tenido malos rollos ni él ni nadie.
Yago se frenó ante Jhota. Aunque fue imposible que se abrazaran, los líderes de ambos bandos sí que firmaron una entente de "cordialidad y respeto". Y es que aunque ya no vuelen los cuhillos por la casa, todo apunta a que nadie ha cambiado de parecer de cara a las próximas nominaciones. Algo similar ocurrió entre los irreconciliables Terry y Arturo, que aceptaron llevarse bien después de haber ido a degüello casi desde que el surfero pisó Guadalix.
¿Amistad sincera o estrategia?
Pero no todos son tan amigables. Laura ha flipado un poco con tanto abrazo, y es la más escéptica ante la perspectiva de que esta paz pueda ser duradera y no una estrategia. "En el confesionario en cinco minutos no vamos a ser ahora amigos de toda la vida", opina.
Tampoco Rubén se siente feliz después de que Jhota le negara su perdón. "No le conozco de nada", había dicho el raggaetonero, así que la herida seguía abierta. "Tiene la mentalidad de un mosquito y la personalidad de un pollo", rumiaba lleno de odio en el confesionario en compañía de Chari.