Puesta contra la espada y la pared en el confesionario, la ferrolana Saray lo reconoce abiertamente: si tengo que elegir a uno elijo a Gerardo. Ya se había comprobado cuando lo besó dulcemente en la fiesta del fin de semana, en su mini discoteca bar portátil, en la orgía de besos que unió a casi todos con casi todos.
Pero sin duda alguna lo que más une a Gerardo y Saray es la madre, la 'suegra', que como reconoce la propia hija "la trata de puta madre". No en vano, Pilar ha dicho en alguna ocasión que lo que se manifiesta ahora como un leve deseo en Saray, puede que sea el origen de algo más.
Otros elogios de Saray hacia Gerardo van por su celebridad: "es muy querido fuera y hace gracia". Lo que enerva a Laura: "¡es un vago y lo único que busca es la fama y no se merece seguir aquí dentro. No le hace falta el dinero. A mí en cambio sí, porque quiero un hijo y una casa!"
La guerra de los besos
Además, a Laura le pone nerviosa que Gerardo haya querido besarla jugando a la botella: "ni de coña le voy a dar un morreo a ese. La otra vez sólo le metí la puntita. Le llego a meter la lengua entera y le llega hasta el culo. Esta semana es su semana y se va él". Todo lo contrario que Saray que se dejó besar con ganas en la orgía de besos.
Siscu, enemigo mío
Por lo demás, los enfrentamientos de Gerardo comienzan a ser insoportables: "no te creas supermán cuando no eres ni Songoku. Estás llevando el mismo juego de Iván, pero no le llegas a la suela de lo zapatos. Has tenido suerte de que Indhira se haya ido. Te vas a llevar una sorpresa por tu arrogancia y si te has salvado hasta ahora es por las personas con las que has salido nominado. Yo te digo que te voy a meter tres puntos y tú puedes hacer lo mismo conmigo si quieres".