Decía Arquímedes que los sueños son las esperanzas de los tontos, y decía Gerardo después de una siesta que había soñado con Saray, un "sueño subido de tono" en el que "lo hacíamos tres veces seguidas". Muchas son, hasta para un sueño, pero tras la abstinencia a la que están haciendo frente en al casa de Guadalix, no es extraño que el subconsciente se desahogue así cuando caen los párpados de los concursantes.
Nunca habían estado tanto tiempo sin tener sexo ni Ángel ni Gerardo. Sólo les supera Saray, que aguantó en cierta ocasión ocho meses. Y es una gran pena que Saray pueda estarse tanto tiempo sin consumar porque Gerardo ahora es su novio y quiere 'rematar a la presa.
¿Un problema de higiene?
En estas circunstancias las insinuaciones sexuales se suceden sin éxito. Hasta Gerardo tiene que venderse a la madre de Saray, Pilar, para ver si de esta manera logra alcanzar su objetivo: "Me voy a duchar que estoy hecho un cerdo y tu hija no se merece eso", le ha espetado en una ocasión.
Lo único que suceden son frotamientos. El llamado 'peting'. La última vez, Saray se subió a Gerardo, se puso a cabalgar encima de él y frotar las nalgas con su entrepierna. Gerardo, con la boca pequeña, dijo que eso era "acoso". Perro ladrador...