La concursante ferrolana, Saray, se cansó de Laura y de sus manías. Su amistad es inquebrantable, sobre todo a juzgar por las palabras de Saray en las que calificó a Laura de su máximo apoyo en la casa. No así por las de Laura, que se quejó de que Saray era muy amiga de Gerardo, quien trataba a Pilar de 'suegra', pero que luego lo nominaba. En esta tesitura, Laura fue a quejarse en demasía de su nominación, dijo que quería irse expulsada par celebrar la Nochebuena con su mujer y su familia, y Saray se hartó. La tildó de cría caprichosa, según el blog 24 horas, y la dijo: "no se puede tenerlo todo".
Resulta que a Saray le dolería que desapareciera Laura. Cuantos más días estén en Guadalix, mejor. "Pasar las Navidades con la familia ya lo hago todos los años", dijo. Pero Laura, entonces, tensó la cuerda y la acusó de hipócrita porque en Gran Hermano esá junto a su madre. Saray tuvo que defenderse: "Mis Navidades nos las paso sólo con mi madre. Ella no lo suple todo".
No es la única persona que ha discutido estos días con Laura. En el transcurso de la prueba semanal, también han tenido problemas Gerardo y Arturo con Laura por discrepancias culinarias. A Laura no le gusta la forma de preparar las setas de Gerardo, lo que empujó a Laura a ir detrás de todos y cada uno de los concursantes para que le dieran la razón en su disputa sobre si las setas hay que lavarlas o no. Nadie lo hizo. "No sabe perder", exclamó entonces Gerardo.
Laura no se contentó con eso y hasta que Pilarita no le dijo que no llevaba razón, no se calló. Esta vez fue Arturo el que bromeó sobre su testarudez: : "Ya sabemos que estás muy segura de tus opiniones, nos gusta mucho tu personalidad".
Esto llevó a Laura a acudir al confesionario raúda y veloz. Todos bromearon con que debería estar hablándole al Súper del tema de las setas. El caso es que tiene una tía "cocinera de toda la vida", lo que le da la razón en la discusión de las setas.
Apartamento para tres
Pese a las diferencias, Arturo quiere irse a vivir con Laura y con Saray. Un apartamento de 100 metros estaría bien, dice el vasco, al lado del Corte Inglés y la Puerta del Sol, en Madrid, obviamente. Aunque Laura prefiere uno en Chueca, donde le echan atrás los precios: "800 euros al mes un quinto sin ascensor"
Arturo cree que podrán negociar los elevados precios porque "nos conocen, saben que somos apañados".