La pareja por fin ha podido estar una hora a solas, ajena a miradas curiosas en su hora sin cámaras. Pero, antes de eso, Laura y Marcelo tuvieron su , y encima en ropa interior, para darle más morbo al asunto. Por lo visto, la muchacha se quejaba de que el malaguita sólo dormía a su lado después del edredoning, a lo que su chico la respondió bufando y con evasivas. "A partir de ahora métete en la ducha", le adviritió la parleña. "Qué asco de chica, compadre", replicó el cuando ya no le escuchaban. enésima bronca
Pero el espíritu navideño enterneció sus corazones, de manera que poco después de la discusión, y ya vestidos de Papá Noel, hacían las paces entre arrumacos. Además, Laura estaba feliz, ya que recibió después del plantón de su familia en pleno en la . Sin la preocupación, volvió el 'calentón', y a estos tortolitos les quedaba todavía una asignatura pendiente: la hora sin cámaras. un mensaje de apoyo que le ha enviado su madre gala pre Nochebuena
La pareja tuvo 'un pequeño adelanto' dentro de uno de los nichos no pudo esperar a que les fuera concedida su petición y de la casa . Los dos concursantes se lo pasaron tan bien que no se percataron del ruido que estaban haciendo. La que sufrió las consecuencias de tanto amor fue Terry, que ocupaba la cama de abajo y sintió como "el nicho había temblado" mientras que la feliz parejita llevaba a cabo su 'faena'.
Tras formalizar su petición ante el súper, Laura y Marcelo se prepararon para la ocasión. Siguiendo los inconfundibles consejos de Chari, Laura preparó "para entrar a matar". Marcelo, por su parte tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para antes de la hora sin cámaras, ya que su partenaire se lo había prohibido terminantemente. Es más, incluso tuvo la osadía de dejar "a medias" al pobre hombre bajo el edredón. un 'atracativo' conjunto de lencería negra no "descargar"
Mucho cariño en su hora sin cámaras
Una cena romántica aguardaba a los enamorados. Quizás para combatir el miedo escénico, Laura apuraba el cava como si fuera gaseosa, aunque aseguró que a ella le iba más el "whiskito con limón". "Qué poco glamour", bromeba Marcelo. Pero el malaguita no tardó en abandonar los refinamientos y ponerse manos a la obra con su compañera de cama, que ávida se entregó a sus besos y caricias.
"Vamos a esperar un poco porque si no vamos a echar uno antes de que suban las cámaras", convino Laura. Los objetivos complacieron sus deseos, y al momento se hizo la oscuridad para los amantes que, ahora sí, dieron rienda suelta a su pasión entre gemidos y risitas.
"Super, mañana queremos otra", comentaba de madrileña extasiada después de una hora en la que pasaron cosas un tanto extrañas, como el hecho de que ella tuviera sed tras haberse ventilado casi toda la botella de cava, o que le entrara "flato". A Marcelo apenas le escuchamos. Tan sólo sabemos que, al acabar la faena... ¡no podía ni moverse!