La estrategia de Liz parece ser una de cal y otra de arena. Por un lado le pone la miel en los labios a un Julito en pleno síndrome de abstinencia sexual: "¿una hora sin cámaras?, con una hora no tengo bastante". Por otro, le baja los humos recordándole una vez más que le faltan varios hervores para ser su tipo.
Que si un besito, que si un abrazo, que si un arrumaco.... Que a Julito le mola Liz no le pasa a nadie desapercibido, pero, por si acaso, Almudena se encarga de pregornarlo a los cuatro vientos. No está celosa: "a Julito le digo yo cuatro cosas y fiesta", sentencia. Esta Chiqui es tremenda...