Sólo las novedades introducidas por la dirección del programa en Gran Hermano 11 podrán salvar al resto de integrantes del grupo de Nagore y Gonzalo de la eliminación. Todo ello a juzgar por el comportamiento de la audiencia, que vota como un solo hombre para eliminar a este grupo de la faz de la tierra.Juan es una persona con un temperamento muy pacífico. No se altera al hablar ni al discutir -aunque dice Kiko que por un motivo muy concreto que no graban las cámaras de Gran Hermano- y sus modales son exquisitos.
Sin embargo, detrás de esa fachada de buenos modos, se oculta todo un conspirador. Siguiendo la estela de Gonzalo y de Nagore, su intención ha sido siempre la de crear un plan para eliminar a quienes no le son afines. Algo que no ha perdonado la audiencia.
En este extremo, la audiencia ha podido ver a Juan calcular con bastoncillos para las orejas durante toda una noche todas las posibilidades de nominaciones. Sólo Melanie, que no podía seguir tanta elucubración abstracta, y Toscano, más metido en sus traiciones particulares, no le siguieron.
Con bastoncillos de las orejas
Pero ha sido todo en balde. La audiencia no ha perdonado la crueldad de quien se comporta como un tiburón en Guadalix. Además, ahora al final ha sido él quien se ha puesto a llorar porque veía que se iba. Ha probado su propia medicina.