Todos los madrileños entrevistados por Carol opinaban lo mismo. Debería haberle metido caña a Arturo. Sólo un alma cándida le dijo que en realidad "estaba calentando a dos hombres". Sin embargo, una invitada muy especial cortó todo el climax favorable a Carol: Era Indhira.
Cuando se vieron las caras Carol se quedó blanca. Estaba ante su archienemiga. En un principio pensó que se trataba de una broma. En ese momento, andaba ligoteando con un busto de Arturo que había plantado en una maceta. Cuando apareció Indhira le preguntó directamente si es que estaba ligando con su "Arturito".
El juego acabó pronto. Carol se apartó y dejó a Indhira sola. Tenían que grabar un vídeo limando asperezas, pero no fueron capaces. Carol, al menos, no se sentía con fuerzas para hacer algo en común con la persona que más la ha insultado en este Gran Hermano.
Impotencia y rabia
A la hora de explicar los motivos, Carol fue sincera: "Verla no me hace sentir bien. Todo lo que hace y dice es para hacerme daño. Que esté ella delante me crea impotencia y rabia".
En cuanto al encuentro, dijo que no se lo esperaba: "Estaba relajada. Pensaba que era un vídeo de cachondeo. No pensaba que fuese a aparecer Indhira. Esto pasó así. Querían que hiciese un paripé, un cachondeo con ella, y no fui capaz. Un enfrentamiento en un plató sí, pero un cachondeo no".
Según explicó Jordi González, presentador del Debate, el efecto que se buscaba era "desdramatizar" la hostilidad entre ambas. Pero han quedado en verse las caras en los platós. Para Casado, la cosa está clara: "A indhira lo que le interesa es seguir haciendo platós".