Arturo e Indhira están a malas. En el desayuno después de haber discutido en la cama, él le dijo a ella que estaba "perdiendo la sonrisa". Y ella se quejó de que le echara las culpas de lo ocurrido el día anterior, cuando encima fue ella la que terminó llorando. Arturo fue tajante: "La última vez que discutimos". Muy bien, debió pensar Indhira, que no fue menos replicando un contundente: "Vete a la mierda".
Más tarde ella lloraba y lamentaba haberle perdido. Él, sin embargo, le comentaba a Hans mientras fregaban que lo mejor que podía hacer Indhira era "controlarse las hormonas y si no se las puede controlar...".
Días antes, la fiesta de túnicas respondió a la rutina de siempre, un edredoning, un tonteo de Arturo con Melanie... todo dentro de lo normal. La relación seguía sobre ruedas, más que nada después de haber alcanzado sus metas con las expulsiones, pero Arturo, que había revelado en el confesionario que no se veía como pareja de Indhira fuera de la casa, que lo suyo era sólo sexo, se enfadó con ella porque le molestaba su pelo y el micrófono en la cama. Indhira terminó llorando y, finalmente, yéndose de la cama.
Calimocho, pedos y eructos
Por el momento, la situación no ha ido a mayores. Indhira terminó llorando en el confesionario porque considera que ha perdido su único apoyo moral en la casa, pero en la mañana de la prueba de las vueltas han intercambiado "pullitas".
En esta momentánea tregua, lo llamativo es que Indhira parece haberse abandonado al calimocho, mientras que Arturo sigue con lo suyo: tirarse pedos. En esa misma mañana, lanzó uno delante de Tatiana en el jardín. Y eso que el día anterior había tenido un roce con Juan por este motivo y con los demás en la cena por los eructos.