Ha estallado. Ángel ha dado un discurso en el confesionario que marca un antes y un después en su estancia en la casa de Gran Hermano. Nadie antes se había expresado en estos términos. Ni siquiera Indhira, cuando se encontraba en su momento más bajo en la casa llegó a tildar a sus compañeros de aburridos y simples.
"Estoy jodido pero contento. Tengo ganas de irme, sí. Si ahora me tengo que ir pues me iré supercontento. Tengo ganas de irme del programa, mañana lo hablaré con la psicóloga. Me dan ganas de marcharme. Este juego yo no sé jugarlo. Un día yo cojo y me escapo."
Pero no se trata sólo de eso. Resulta que sus compañeros poco menos que le caen mal. No tiene una palabra buena para ninguno de ellos.
"Ya no estoy contento de que esté Pilar aquí, una mujer con una pensión y está aquí mientras que mi madre que tiene tres tendones rotos tiene que estar currando. Y quiere liar a la hija con Gerardo porque está forrado. Y Arturo, que parece un sapo croando".
No limpian
Además, los habitantes no reconocen sus méritos en las tareas de limpieza y se siente despechado: "A día de hoy, me veo la persona de toda la casa que más limpia y que más barre, y me toca las narices que esté todo el mundo con esos rollos".
Tampoco le gusta que los demás se lo pasen bien y actúen un poco delante de las cámaras y lo que es peor para él, se atraigan sexualmente: "Se hace tele. Se ponen delante de la cámara. Estoy entrando en el rollo de la tele. Ellos babeando y ellas dejándose babear".
No le divierten
Y lo más sangrante para el resto de concursantes, la sentencia de que se aburre. Sus compañeros no le entretienen, él es mejor: "Me encuentro superado. Siento que he hecho el idiota. Estoy súper aburrido. Mi vida es mucho más rica que lo que hay aquí. Todos me caen bien, pero me han decepcionado como personas. Las mismas películas, los mismos chistes".