Gran Hermano, en directo: prueba superada y Vanessa salvada de la expulsión

Los porcentajes ciegos de anoche estaban así:  61 %, 31 %, 6 % y 2 %. Esto era antes de que la Big Bro Silvia sacara con un abrazo a Vanessa de la palestra. Muy napolitano todo. Vanessa no sabe lo que significa ese abrazo, ni creo que lo imagine porque en estas nominaciones ya se había usado un poder Big Bro, el de Laura, que se salvó a sí misma y por eso subió Juan. La expulsión se la juegan ahora Javier, Jorge y Juan, a elegir entre las tres jotas. El jueves me contáis, para no cambiar de letra.

Las parejas de la casa andan subiendo cumbres. Edi y Violeta la de un volcán, me parece; mientras que Nerea y Luis se han encontrado con una pared muy lisa y resbaladiza. Laura y Manu todavía no se han definido y a Óscar y a Ruvens ya van dos mañanas que me los encuentro sin dormir. Si no lo creéis, echadle un vistazo al inicio de este minutado. Y para todo lo demás, también. Descubre aquí la última hora de la casa de Gran Hermano.

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Violeta se levanta, pasa por el baño, se pone las pilas y vuelve a la cama donde ya están Edi y ella acoplados como una sola cuchara. Siento decir que la BSO sigue siendo un ronquido lamentable.

De vuelta al baño, Maica se maquilla mientras Vanessa y Daniela siguen de charla. Hablan de confianza, de traiciones, de lealtades. Daniela dice que la confianza se crea día a día y por eso no espera traiciones de Vanessa y Maica, al tiempo que no entiende que Juan no se imaginara que ella no era su colega.

Ya no

Me refiero a que ya no duermen porque la luz y la música están tan a tope que no se puede. Aunque también es verdad que ellos lo van a intentar.

Daniela y Vanessa han cogido delantera y ya están en el baño comentando asuntos de los posicionamientos de anoche. Le he cogido miedo a decirlo, pero por el tono de susurro, yo diría que están alcahuetando. Y creo que realización también lo cree, porque ha sido empezar el cuchicheo y nos ha traído volando al dormitorio azul donde alguien ronca sin disimulo alguno.

Todavía

Seguimos en blanco y negro con todos dormidos. Ah, no. Juan se ha sentado en la cama.

Dormidos

Seguimos en blanco y negro.

Estamos en blanco y negro

Todos dormidos o eso parece.

A la cama

Ruvens se va a la cama, pero Óscar está desvelado. Al final se bebe una copa de leche y se acuesta. Hay un pie encima de su cama. Intenta quitarlo con sumo cuidado, pero no lo consigue y decide dormir con el pie.

Aún se ha incorporado un par de veces a mirar el pie desde su almohada, pero Daniela duerme a pierna suelta. Óscar deja caer la cabeza y se tapa hasta las orejas.

Al lío

Óscar y Ruvens están repasando a sus compañeros a estas horas y sin dormir. De las mellizas Ruvens dice que le parecen sensatas y Óscar no lo niega, pero dice que Lucía le rechaza y, por tanto, Silvia tambián. "Las mellizas van de la mano, créeme que soy mellizo", dice Óscar. Hablan también de Vanessa. Óscar comenta que ha manipulado a varios compañeros y no entiende por qué. Dice que él lo vio y no entiende como los demás no. "¿Tú no la viste venir?", pregunta a Ruvens.

Ruvens le responde que siempre pensó "tú a mí no me la cuelas", pero le hacía gracia. Ahora ya no. Y hablan también de Juan. Dice Ruvens que él siempre le vio entre dos aguas y que al fin ahora se ha decidido. A lo que Óscar niega y le dice que en la otra casa Juan estaba de acuerdo en todo con Vanessa. Ruvens explica que ahora lo que ha pasado es que se ha sentido rechazado por los los de la habitación azul.

De pronto, Ruvens se da cuenta de que se les ha hecho de día y decide que va a dormir un rato. Óscar también se levanta y se encuentra su imagen en el espejo. "¿He estado hablando contigo con estos pelos?", dice Óscar mirando al Óscar del espejo. "Tranquilo, Óscar que ni con esos pelos ni con otros me conquistas", le responde Ruvens. "Ya te gustaría", cierra Óscar.

Empezamos

Buenos días! Aquí Ada en color. Óscar y Ruvens están levantados y charlando en el baño y ya no hay prueba que les valga de excusa.