Gran Hermano, en directo: si no llega a ser por Jorge...

Alguien tiene las horas contadas en el concurso, pero tened en cuenta que con eso empieza su tiempo en plató. A veces es mejor tener al contrincante cerca. En fin, no se puede saber y, además, la decisión ya está tomada. Sólo nos queda saberla. Así que ese tema, lo dejamos para esta noche.

En la casa están de los nervios con la cuenta atrás. La de la expulsión inminente y la de la prueba también. Se han observado movimientos extraños entre los concursantes y no hablo del tuerking forzado que le sacaron anoche a Óscar. Dicho esto, conectamos con la casa, que con la prueba de esta semana, seguro que alguno anda despierto.

Descubre aquí la última hora de la casa de Gran Hermano.

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Arropao

Violeta y Vanessa se tumban a tomar el sol con Javier en el puff de al lado. Le cuenta Violeta su historial de besos con Edi y le cuenta su enfado de anoche. Dice que fue al baño y cuando volvió a la cama: "me lo encuentro ahí en la cama de al lado. Arropao". Habla de Edi, claro. Cuenta Violeta que los demás empezaron a tomarle el pelo, que si le iba a contar un cuento... y que ella se enfadó, se dio la vuelta y se durmió. Pero Edi no se fue, durmió en la cama junto a ella, un brazo encima y poco más. Pero a Violeta le da miedo que fuera parezca otra cosa. Vanessa no entiende qué otra cosa va a parecer si no pasó nada.

Y ya hablando de lo que puede pasar, Violeta asegura: "yo no quiero relación ni nada". "Pues ya está, si lo tienes claro", responde Vanessa. "Ya, pero me gusta", Violeta vive en contradicción. "De ahí el dilema", añade. Lo que no le gusta es que opina que Edi se deja llevar demasiado por la gente. Y eso le parece de poco personalidad. Y a Vanessa también.

Pero se lo encontró en la cama. Arropao.

Desayunos todavía

Pregunta Silvia que por qué no hay jarras de agua en la nevera y sí refrescos. Ella misma lo responde: "es que a la gente no le gusta rellenar".

Lucía ya está capeándose la cara mientras en la cocina otros piensan en desayunar. La cafetera está en el fuego y Silvia corta pan.

He visto resacas con mejor pinta

Y es sólo el primer día de prueba:

Quién manda en lavandería

Daniela quiere poner una lavadora con su ropa, pero "me han dicho que no". Silvia le explica que a ella se lo permitieron porque propuso poner una lavadora con sus toallas (de ella y de su hermana) y su albornoz y como sumando todo, la llenaba, le dejaron. "Es que a mí no me gusta usar toallas que no son mías", explica Silvia.

Yogures a tuti

Maite organiza los yogures en el frigo. No son pocos. Y guarda todo lo demás. En el frigo en la despensa, todo.

Después barre mientras la cuenta atrás va llamando de uno en uno.

Esa canción

Daniela decide ducharse, se tiene que lavar el pelo para esta noche y le parece el mejor momento. Vanessa canta a pleno pulmón en el baño y Maite trata de centrarse en la lavadora.

Vanessa capta a Daniela con su canción de desamor, de esas de uno que se aprovecha de otro y luego se arrepiente y vuelve con la cabeza gacha a suplicar, pero "de qué sirve que pidas perdón, si no tienes corazón". Daniela se emociona con la frase final:

Tranquilamente

Laura, Maite y Ruvens se quedan en la cama. Violeta ha vuelto a la suya junto a Edi, pero ahora están menos pegados. En la cocina, Daniela trata de ordenar los cacharros limpios. "Seis minutos", observa la pantalla y se acerca al sofá. Poco después está tumbada, cansada y si no es por Juan y Javier, a mí me da que se podría quedar dormida y cumplir los peores vaticinios de Jorge.

Tengo una colección de fotos...

Os dejo tres:

Y Violeta se levanta. "Qué temazo, tío", dice de la canción que ha sonado en la cocina. "Bah, os gusta cualquier canción", esta frase vale para todo. Pero Javier hablaba de música.

Arriba

Para los que no lo estaban. Música y luz en las habitaciones. Yo me he dado un buen susto al tiempo que Manu ha dado un salto de la cama.

A otros no les interesa saltar. Se les ve muy a gustito:

Otras maneras de tener miedo

Óscar se levanta con los pelos alborotados y habla con Javier y Vanessa en la cocina. Desde su punto de vista, lo que ha pasado es que los otros, como llaman a los que no son ellos, "se han hecho caquita" con la expulsión de Elsa.

Jugar limpio

Lucía y Vanessa cuchichean. Cuchichean en la cocina, todo en orden.

Hablan de la expulsión de Elsa. Lucía incide en que "ellos" (los otros) no se lo esperaban y opina que algo se tuvo que ver fuera. Vanessa está de acuerdo y repite lo de "algo se tuvo que ver". Dice que ella quiere jugar limpio, "pero es que ellos no te dejan". Cree que lo suyo es que salga gente de las dos habitaciones y sea el público el que elija. Lucía está de acuerdo, aunque de alguna manera da por hecho que se va a ir yendo la gente del otro grupo porque así relata el futuro: "aún así nosotros somos once, luego vamos a tener que jugar entre nosotros". Luego habla del universo, que dice que le ha dado la vuelta a la tortilla y les ha puesto a ellos donde están porque son buenas personas.

Dejando a un lado a ese universo justo y benevolente, la conversación sigue su curso y Vanessa también. Ella quiere que vayan saliendo todos a la palestra y se expongan al público. Ahora toca saber si el público está en consonancia con ese universo justo o prefiere un poco de salseo y circo.

Es su prueba

Lo dicen de Daniela porque está clavando a cero todas sus pulsaciones. Y eso que le ha dado un calambre en la pierna. Ella cree que es la edad. Javier, sin embargo, está seguro de que "eso es algo de tu campo cuántico que está fallando". Antes de que Daniela empiece a hacer earthing o algo más cuántico todavía, Javier nos la devuelve a tierra: "¿y no será que anoche estuviste bailando y simplemente te ha dado un tirón?".

Laura pregunta quién

Ya hay varios en el salón y Adrián y Jorge les dicen a Vanessa, Laura y las mellizas que en esta prueba tienen que hacer guardias de dos y en la habitación no se cuchichea para que no pase lo de hoy. Laura pregunta quién se ha dormido, pero Jorge le responde que eso es lo de menos. Jorge no quiere centrarse en eso porque le puede pasar a cualquiera.

Esta prueba no se detiene

Una de las cosas que hay que reconocerle a Jorge es que repite una y otra vez que lo de quedarse dormido le puede pasar a cualquiera. No está señalando culpas individuales y, por ahora, sólo busca la mejor manera de no perder la prueba.

Laura con cara de muy dormida se deja mimar por Adrián sin quitarle ojo a la pantalla. La prueba sigue su curso.

El salvador

Jorge le cuenta, ahora a Juan, lo que ha pasado esta noche y vuelve a relatar la fatídica cadena de acontecimientos no sucedidos hasta perder la prueba y, que si no llega a ser porque él estaba develado y despertó a Nerea, "la prueba estaba perdida".

"Son 50 segundos, ¿no?", pregunta Juan bastante dormido, pero las neuronas con la función suma activada. Pero a Jorge le gusta más la idea de la prueba perdida si no llega a ser por él, salvador, que si no despierta a Nerea, Nerea no despierta a Adrián, Adrián no despierta a Juan y así hasta perder la prueba.

Siempre hay más lecturas: si no llegan a cuchichear en el dormitorio, Jorge no se desvela y no podría haber salvado la prueba. Ahora los salvadores son los cuchicheadores.

Es por llevar la contraria. Jorge necesita dormir.

Una charla seria

Jorge le habla a Nerea de las consecuencias de la falta de sueño. "Y hoy es el primer día. La falta de sueño provoca que la gente esté irritable. Van a saltar roces por tonterías, ya verás", vaticina.

Nerea piensa en la persona que se vaya esta noche: "va a estar reventado". Dicho esto entra en el dormitorio y despierta al siguiente, que es Adrián. Jorge le pone al día de lo que ha pasado y de sus intenciones de hablar luego con todos para que durante esta prueba los dormitorios sean una especie de lugar sagrado donde se entre en silencio y a dormir. Y en cuanto a las guardias, tiene claro que tienen que ser dos personas. Nerea se va a la cama junto a Luis y Adrián le ofrece a Jorge que se vaya también. Pero Jorge está más que desvelado y sigue planificando: "voy a tener una charla seria con la gente". Sin faltar, pero seria. Son las intenciones.

Entre dos y con café, se lleva mejor

Así que ya tengo aquí el café.

En la casa, Nerea le ha ofrecido a Jorge que se vaya a dormir y se queda ella, pero Jorge le dice que no. Se hace su café y se quedan los dos. A Jorge le parece importante ser dos personas, porque si es una, es muy fácil quedarse dormido.

Hablan de nominaciones y de la estrategia del grupo. Jorge dice que a él le cuesta dar hasta los tres puntos, "pero hay que darlos".

Empezamos

Buenos días! Aquí Ada con la casa en color. Era de esperar con esta prueba. Nerea ha llegado a tiempo al pulsador y se sienta con Jorge en el salón. Jorge no está de buenas. Dice que si no llega a ser por él, la prueba estaba perdida. El problema es que le desvelaron los cuchicheos en el dormitorio, y como a él le cuesta mucho quedarse dormido, se levantó y no ha dormido en toda la noche. Estaba en el salón de madrugada cuando Luis, que le tocaba avisar a Nerea, le aseguró que él despertaba a Nerea. Pero Luis se ha quedado dormido y ha sido Jorge, desvelado, el que la ha despertado. Dice que no se pueden permitir los cuchicheos en los dormitorios durante esta prueba. Que se vayan a otro sitio, porque necesitan dormir. Y repite: si no llega a ser por él, la prueba estaba perdida. O casi perdida, corrige enseguida.