Vestidos como si fueran a una carrera, los pequeños de Bichiswaag se movían a un ritmo imposible para muchos y, sobre todo, para la edad que ellos tienen. No es de extrañar que consiguieran emocionar a Jorge Javier Vázquez con su talento sobre el escenario y es que los niños nos daban una lección de ritmo y coordinación.