Ha llegado en paracaídas, pero se ha quedado atrapado en una farola. Keiichi ha saludado a todos y cada uno de los miembros de nuestro jurado, lo que no sabían ellos es que iba a hacer aparecer y desaparecer una bola de luz en sus brazos, sus orejaa o su boca.
Y había más, con tan solo un pañuelo, el mago nos ha mostrado animales y hasta ha hecho aparecer una cerveza. De su bolsita han salido aún más cosas y ha acabado convirtiendo una carta en 100 millones de Ristos. Sin embargo, al jurado se le ha quedado corto: “Esperaba mucho de ti pero creo que la gran final se te ha quedado grande, sinceramente, lo siento”.
Sin embargo, el resto de miembros del jurado no comparte su opinión, en particular Edurne, que le defendía así: “Tiene que hacer lo que hace, no cosas diferentes, me lo he vuelto a pasar muy bien, felicidades”.
Y como para todos los finalistas, había una sorpresa: un vídeo de alguien muy especial para Keiichi ¡Su madre! Lleva sin verla 17 años y, emocionado, le escuchaba decir: “Me siento muy feliz y aliviada de saber que después de tantos años fuera de Japón estás sano y salvo. Rezamos para que ganes”.