Todo ha empezado cuando Jorge Javier ha pedido a Sofía y a Alejandro que se reunieran en la ‘sala de la verdad’ para decirse mirándose a los ojos todo lo que sienten. La única regla era que no se podía mentir. Sofía ha abierto su corazón, ha confesado que sufre mucho cuando ve mal a su expareja y se ha quedado bloqueada, incapaz de decir nada más. Luego ha llegado el turno de Albalá, que ha puesto todas las cartas sobre la mesa: “Estoy enamorado, no va a cambiar la idea porque esto sea la tele”.
Tras esta charla, ambos han vuelto junto a sus compañeros, y Sofía no ha podido contener las lágrimas. No ha querido explicar delante de todos lo que le ocurría, pero sí que ha adelantado que tenía que ver con lo que había pasado en la ‘sala de la verdad’.
Cuando han ido al confesionario a nominar, Sofía ha aprovechado para hablar de eso que le estaba atormentando. Pero, antes, ha echado de la sala a Alejandro Albalá. Una vez a solas con Jorge Javier, ha puesto fin a todas las esperanzas de retomar la relación: “Me siento superculpable de que esté enamorado. Él se piensa que estoy callada porque siento cosas por él y no sé cómo decírselo. Me duele decirle que no podemos estar juntos”.
No ha sido el único disgusto que se ha llevado Sofía durante la noche. También se ha enterado de que Ylenia la ha ido poniendo verde a sus espaldas (o al menos eso es lo que Fede le ha dicho), lo que la ha hundido aún más.
Tanto, que ha nominado con tres puntos al trío de Ylenia, Fede y Raquel, cuyo futuro en la casa depende de la audiencia, como el de Fortu y Yoli.
Por si fuera poco, Sofía también ha tenido estos días un enfrentamiento con Raquel: "Yo no me arrastro con nadie, lo único que quiero es que no hables de mí a las espaldas”, le decía Raquel. “A mí no me sale decirte cosas bonitas ni escucharte… No me gustas y no me vas a gustar nunca”, le respondía Sofía.
Kiko Rivera e Irene Rosales fueron los vencedores de la prueba que otorgaba la inmunidad, la suite y el poder de intercambiar a una de las parejas o tríos de nominados. A pesar de tener en sus manos llevar a la palestra a alguno de sus compañeros y salvar a otros, no han querido usarlo.
Además, Kiko se ha sincerado con Jorge Javier y ha contado algunos detalles sobre la depresión en la que estuvo inmerso. Además de explicar cuál fue el punto de inflexión que le ayudó a salir de ahí, ha agradecido todo su apoyo a su familia y a su mujer, Irene.
El último momentazo de Kiko llegó cuando todos sus compañeros vieron un vídeo en el que les ponía verdes. Nadie se libró, pero cuando alguno de los afectados le pidió explicaciones, él se echó para atrás, asegurando que no había dicho eso que todos ya había escuchado.
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