“Tú aquí para mí eres un paso atrás. Para hacer ese camino y llegar a la meta que es olvidadar… tú no entras en ese conmigo”, le decía Alejandro Albalá a Sofía tumbados en la cama. “Solo te pido que me escuches cuando te necesite, que te voy a necesitar mucho aquí dentro”, contestaba Sofía. “Vale. Pero que no soy tu amigo, tenlo presente siempre”, se reafirmaba él que acabó entre lágrimas después de zanjar la conversación con un beso y un abrazo.