¿Chardonnay? ¿Pinot? Errores de bulto a evitar si vas a hablar de vino con tus amigos

A nadie sorprende el hecho de que España es un país con gran afición al vino. Crecemos en una sociedad en la que esta bebida está presente en prácticamente todos los ámbitos, pero a pesar de ello no siempre existe un buen conocimiento del tema. Más aún cuando de por medio aparecen palabras en otros idiomas que se pronuncian como buenamente se pueden o, incluso, se castellanizan a ojímetro. Algo que no suele ser buena idea, por cierto. Para mejorar los conocimientos en materia vinícola y evitar así errores de bulto enumeramos una serie de fallos que se suelen cometer. 

Uno de los errores más habituales consiste en pronunciar mal palabras de otros idiomas, prueba de que las lenguas extranjeras siguen siendo uno de los grandes deberes de los españoles. Así, por ejemplo, chardonnay se debería decir como ‘shardoné’, pero se suele optar por ‘chardoné’, lo que no deja de ser un error.

Del mismo modo se debería pronunciar ‘pinó’ cuando se quiera hablar del pinot y ‘merló’ cuando se quiera hacerlo del merlot. Otro error habitual es decir ‘chianti’ cuando se quiere hablar del chianti, cuya correcta forma sería ‘quianti’ toda vez que la ‘ch’ italiana se pronuncia como la ‘qu’ en castellano.

Típicos tópicos cuando se habla de vino

Huir de los tópicos siempre es buena idea. En ese sentido es recomendable evitar afirmaciones tales como ‘el tinto se sirve a temperatura ambiente’. ¿Acaso se toma el vino tinto a 35º en los días de verano en Madrid? Es de perogrullo, pero mejor hablar con propiedad.

Igualmente sucede cuando se dice eso de que "los blancos cuanto más fríos, mejor". Estos caldos tienen unas temperaturas recomendadas, que si bien son frescas, conviene no pasarse de frío ya que el vino podría perder sus aromas e, incluso, parte de su sabor. 

Otro tópico del que conviene alejarse es de aquel que dice que los vinos con tapón de rosca son peores. Aunque en España el corcho es lo más extendido, en otros países de menor tradición vinícola es habitual ver grandes caldos con tapón de rosca. Cuestión de culturas. 

Seguramente el rey de los errores de bulto es afirmar sin rubor que los vinos mejoran con los años. Primero porque una vez embotellados en la mayoría de los casos ya no sufren una mejora. Además, no todos los vinos están pensados para consumirse dentro de un tiempo, sino a corto o medio plazo por lo que su envejecimiento no será positivo.

Al hilo de esto, conviene remarcar también que la calidad del vino no depende de sus años. Los vinos jóvenes pueden ser de mucho nivel de la misma manera que un reserva puede resultar anodino. Aunque se suele asociar a los vinos viejos con una mayor categoría, este axioma no se puede tomar como norma.

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