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Hace prácticamente un año el enólogo Raúl Pérez triunfaba en la Semana Internacional de Cine de Valladolid (SEMINCI), donde en la sección de Cine Gourmet se le otorgaba la Espiga de Honor por su gran contribución al vino, habiendo sido dos veces seleccionado como el mejor enólogo del mundo, siempre con el objetivo de elaborar vinos respetando a la naturaleza y el entorno. Hoy no es él quien recoge la Espiga de Honor, pero un año después es el protagonista de ‘El mago del vino’, el documental que se proyectará en la nueva Gala de Cine Gourmet, donde la Espiga de Honor será recogida por el viticultor y enólogo Álvaro Palacios, uno de los profesionales del sector que más admira.
“Somos gente que pasamos ciento cincuenta, doscientos días fuera de nuestra nación, y que en nuestra comunidad y en nuestro país se nos reconozca para mí es un orgullo. Lo más grande que hay en el mundo es que tus compañeros reconozcan tu labor”, decía el año pasado Raúl Pérez al recoger su Espiga de Honor. Este año
‘El mago del vino’ es una serie documental de cuatro episodios dirigida por David Moncasi en la que se ve el proceso que Pérez desarrolló en 2023 para crear La Muria, un vino especial a más de mil metros en El Bierzo tras cuatro años de duro trabajo para lanzarlo al mercado. Una forma de vivir desde dentro cómo es su día a día o cómo lleva la presión para mantener la excelencia alcanzada con sus caldos. A la proyección en la sección Cine Gourmet acudirán tanto Pérez como Moncasi, así como Manuel Villanueva y Jaime Guerra en representación de Mediaset.
Precisamente con La Muria el berciano logró algo que no había conseguido antes: los 100 puntos Parker, la máxima puntuación de la escala que es una referencia mundial del vino tras la que está Robert Parker, uno de los críticos de vino más influyentes del mundo, y su equipo.
Cuando un vino recibe los 100 puntos es porque lo catalogan de excelente, de tener un carácter complejo y de contar con un producto excepcional que resalta todas las características que se esperan de un vino de ese tipo. Así, Pérez ha logrado 200 etiquetas en la lista de The Wine Advocate de Parker.
“La guía siempre me ha tratado bien. Es verdad que no me habían dado nunca los 100 puntos y he tenido que esperar 30 años. Pero siempre me han dado muy buenas puntuaciones. El 100 es una cosa que te llena mucho, pero lo importante es estar por encima de 90, no bajar de ahí”, explicaba Raúl Pérez hace unos meses a El Español.
El enólogo no solo ha sido capaz de poner El Bierzo en el mapa mundo vinícola, sino que su espíritu aventurero le ha llevado a innovar de tal forma que fue uno de los primeros en añejar un caldo en el fondo marino o incluso viajar a Sudáfrica para una cuvée con Eben Sadie.
Él huye de las tecnologías —dice no usar WhatsApp y no usar mucho su correo electrónico— y el vino nunca fue su primera opción profesional pese a que creció rodeado de los viñedos familiares y echando una mano en la bodega. Sus planes pasaban por la medicina, pero cuando estudiaba la carrera la bodega familiar estaba en peligro porque una parte quería venderla y la otra no. Para mantenerla en la familia, cambió la medicina por Valencia, donde se matriculó en la Escuela de Viticultura y Enología de Requena.
Valtuille de Abajo, su pueblo, le ha puesto su nombre a una de sus calles, mientras que la revista Forbes lo ha llevado a su portada. Todo ello ha sido una gran sorpresa para él, que no se veía saliendo mediáticamente del sector vinícola. Eso sí, se ha mostrado “muy agradecido” en los últimos meses ante tales reconocimientos. Ahora, su día a día se podrá descubrir en ‘El mago del vino’, que se estrena en la SEMINCI y muy pronto podrá disfrutar el resto del público.
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