El diseño nos invade y nos abraza y en gran medida condiciona la elección de un producto. En el sector vinícola unos vinos se diferencian de otros en el lineal tan solo por su etiqueta, de modo que su diseño se convierte en su única tarjeta de presentación cuando todavía no se han probado. En Uppers hemos tomado nota de las etiquetas de vino premiadas por una de las revistas más representativas de este sector.

Tal como apunta un experto en tendencias de etiquetado de envases, no solo de bebidas y vinos, sino de la alimentación y el cuidado personal en general, este 2023 ha venido acompañado de una gran transformación. El nuevo rumbo de las etiquetas persigue la personalización con materiales de alta calidad como papel reciclado, vinilo o tela y tecnologías innovadoras que permiten la automatización.

Un ejemplo es la incorporación de impresoras de última generación a las cadenas de envasado para imprimir tiradas cortas de etiquetas. Así se agilizan enormemente los procesos cuando se necesita embotellar unidades únicas o ediciones limitadas. Otra tendencia es el empleo de materiales y tintas sostenibles como una apuesta segura para la reducción del impacto en el medio ambiente.

A todo ello se suma el diseño de las etiquetas es sí mismo porque más de uno las ampliaría a su gusto para disfrutarlas colgadas en la habitación preferida de su casa. La Revista & Guía de Vinos AkataVino Magazine se hace eco de ello en los galardones que organiza desde hace 19 años. En su última convocatoria, los XIX Premios AkataVino 2022, realizó una selección de las Mejores Etiquetas de Vinos en 2022 a partir de los finalistas a su Concurso Internacional AkataVino Sumilleres de España.

La elección de estos caldos, y después de las etiquetas más sorprendentes con las que se presentan ante el consumidor, se lleva a cabo tras un periodo de 18 meses en el que se catan y valoran más de 3.000 vinos que proceden de 1.000 bodegas y donde se seleccionan 500 finalistas en 15 categorías.

Según destaca la organización, las etiquetas escogidas y las diez finalistas premiadas son rompedoras entre las de su segmento, ya sea por diseño, “por ser transgresoras” o “por alcanzar el sublime clasicismo”. Por otro lado, puntualiza que muchas etiquetas, aunque son sorprendentes y se salen de lo habitual, son descartadas por el jurado porque el vino “no alcanza la calidad de la excelencia”. De las diez etiquetas de vinos premiadas destacamos las que agrupan el TOP 5:

De color azul que no llega a ser marino, en la etiqueta se ha dibujado un mapa del mundo. Los trazos con tinta dorada siempre son rectos o diagonales para perfilar cada continente. Tal como publican en su cuenta de Instagram, este vino tinto de Toro es su propio “Satélite”, un "producto serio con mucha fruta negra y potencia, con una gran profundidad". En la etiqueta también aparece una furgoneta en honor a la Ford Transit del 92 con la que desde esta bodega se ha recorrido mucho mundo.

En la etiqueta de este Blanco Semi Dulce de la Rioja se mezcla lo más típico de nuestro país bajo un casco que no encaja. Se trata de una escafandra adornada con una flor enorme de color rojo que encierra un bonito rostro de una chica con un flequillo oscuro. Además, ella viste un traje de lunares y volantes mientras toca la guitarra española.

Este albariño muestra unos grandes ojos y una nariz de un rostro que se ha dibujado en blanco, negros y grises. En realidad, el diseñador logra que se distinga a partir de rayas y cuadros que se alargan o empequeñecen.

Una señora de grandes ojos y nariz prominente se gira a mirar al consumidor con una mueca en la que parece que da su aprobación. Lleva puesto un sombrero de ala previsiblemente de madera adornado con un racimo de uvas granates y hojas de viña. El punto lo da la melena y una larga trenza pelirroja que asoma bajo el gorro.

La etiqueta muestra una amazonas de pelo alborotado y que monta al galope un caballo muy estilizado. Avanza mirando hacia atrás mientras una de sus manos agarra las riendas y la otra podría estar diciendo adiós a alguien o a algo que se quedó a lo lejos. Lleva puesto un pañuelo atado al cuello y un ligero vestido largo hasta los pies, que cubre con una chaqueta ajustada en la que sobresalen las solapas.