Una pastelería se ha convertido en el paraíso de los dulces virales, donde sus vitrinas exhiben todo tipo de postres jugosos que hacen salivar a los vecinos de Sabadell, donde comer por los ojos es el primer paso para llegar a Molycakes, la meca de la repostería entre influencers.

"Al final, lo que la gente quiere es el chorreo. Venir y que estén jugosos. Los dulces se pueden recargar de cremas de un montón de ingredientes. Son sabores contundentes, ahí no escatimamos", explica Nuria, la propietaria de la pastelería, en una entrevista a Informativos Telecinco sobre la receta del éxito del local que abrió en 2019 tras acabar la carrera de Historia.

Su éxito llegó de un día para otro, como la viralidad en las redes, tras unos inicios donde la dueña de Molycakes aún no conocía el poder de Internet. "Al medio año de abrir tuvimos que cerrar por la pandemia. Al principio éramos una cafetería normal, pero como estábamos mal ubicados, sabía que tenía que estar en redes sociales. Lo tenía en mente", recuerda Nuria, quien decidió contratar a una persona que acabó por transformar su idea de negocio.

"Anabel nos cambió la vida el año pasado. Decidimos contratarla para que nos llevase las redes sociales y puso un poco de orden. Dijo que teníamos que separar la pastelería de la cafetería porque estábamos haciendo muchas cosas a la vez. Todo ello sin bajar calidad, que el producto tiene que ser bueno", añade Nuria.

De este modo, el local se centró en los dulces más virales. Desde galletas americanas gigantes, conocidas como crumbl cookies, a cheesecake o croffle, la mezcla de cruasán y gofre. Un sinfín de postres que acumulan millones de visitas en redes sociales. Sin embargo, el último gran paso para darse a conocer fue gracias a un vídeo de una cuenta de Instagram que les puso en el mapa de las redes.

Tal fue el éxito, que la propietaria de Molycakes quedó abrumada: "Les dije que borrasen el vídeo. No pensaba que tenía tanto poder que se hiciera viral un vídeo. Estábamos asustadísimos, no paraba de entrar gente. Somos un local pequeño y no dábamos abasto, no podíamos fabricar tan rápido como venía gente. Pensaba que podía atender a todo el mundo y para nada".

Una viralidad que permite al público degustar todo tipo de postres, aunque Nuria tampoco se olvida de sus clientes más tradicionales. "También tenemos el típico cruasán con nata, fresa u hojaldre. Queremos adaptarnos". Pese a ello, muchos deciden comprar los dulces más contundentes.

"El que más me sorprende es el croffle. No me llegaba a imaginar que el cruasán planchado en una gofrera con toppings tuviera tantísima salida como está teniendo", añade la dueña de Molycakes, que cuenta con cruasanes de mantequilla y rellenos de pistacho, lotus, crema, chocolate blanco o caramelo salado: "Hacemos bastantes sabores y también gofres, creps, bocadillos o milkshakes’ de sabores (batidos americanos)".

Una variedad acorde a los gustos del público, aunque la mayoría siempre tiene claro el postre por el que acude a la pastelería de Sabadell. "Lo más vendido son las galletas americanas gigantes y las cheesecake. Si decido convertir el local solo en eso, la gente vendría. Está de moda".

Incluso, algunos no conocen el nombre del dulce y enseñan vídeos de redes sociales a Nuria para tener claro qué quieren comprar: "Yo les pregunto qué sabor quieren porque puede haber una alergia al trabajar con muchos frutos secos, pero ellos me dicen que quieren lo mismo que en la foto. Sorprende".

Esta viralidad ha hecho que el negocio vaya a toda marcha, aunque la clave del éxito del negocio recae en el cariño, trato humano y la calidad del producto: "Estamos muchas horas y somos constantes. Es hacerlo bien y cómo te sientes cuando viene. Si te comes una cola de 15 minutos, qué menos que seas simpática y tratar bien a la gente".

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