Es el clan culinario por excelencia de la gastronomía española: los hermanos Roca. Joan, Josep y Jordi Roca Fontané han conseguido alzarse un nombre en la gastronomía mundial desde su epicentro, El Celler de Can Roca, restaurante fundado en 1986 y que ha sido considerado en varias ocasiones como el mejor del mundo y cuenta con tres estrellas Michelin. Dirigido por los tres hermanos, el restaurante no es, ni de lejos, el único negocio que gestionan. ¿El último? Su primer restaurante fuera de España.
Bajo el paraguas de la empresa hostelera JoRoFon, nombre creado con las primeras sílabas de sus nombres y sus dos apellidos, los tres hermanos de Girona, sus padres y sus respectivas parejas gestionan los diferentes negocios hosteleros que tienen, algunos en conjunto y otros proyectos mucho más personales de cada uno de ellos. Durante los años de la pandemia, pese a seguir trabajando, la empresa se han mantenido en pérdidas.
Su nuevo y recién estrenado restaurante está en Escocia, en la sede de The Macallan, donde los Roca van a ofrecer dos menús degustación diferentes: a mediodía uno por 71'50 euros y para la cena otro por 113'50 euros.
Los chefs abrirán su primer negocio internacional en la destilería de The Macallan, la marca de whisky escocés de malta, después de más de una década de acuerdo con la firma, que ya cuenta con 200 años de historia. Los Roca han confirmado que han tenido muchas ofertas sobre la mesa para su expansión internacional, pero se aventuran ahora por la buena relación que guardan con The Macallan, dando como resultado The Macallan TimeSpirit x El Celler de Can Roca.
Los Roca se embarcan en una cocina diferente, donde el protagonismo lo tendrá la gastronomía escocesa y los ingredientes locales, como marisco o cordero. El espacio que ocupan tiene capacidad para 30 comensales y abrirá de jueves a sábado en horario de 12:00 a 14:00 horas y de 19:00 a 21:00 horas, mientras que los domingos solo lo hará de 12:00 a 14:00 horas.
Con vistas a las colinas de Spreyside y diseñado por el danés David Thulstrup, el restaurante pondrá en valor la gastronomía escocesa, pero el whisky de pura malta también tendrá un lugar de honor en el centro del comedor, con una bodega revestida de roble que gestiona, como no puede ser de otra forma, Josep Roca.
El universo Roca comenzó a finales de los años 60 con Can Roca, el restaurante de los padres de los tres hermanos, Montserrat Fontané y Josep Roca. A los tres les gusta recordarlo porque es lugar en el que crecieron, donde comenzaron a sentir esa pasión por la cocina que años después terminaría dándoles tanto trabajo, pero también tantas alegrías y reconocimiento. La cocina de toda la vida reina entre sus fogones, con un menú que huele que alimenta desde que se asentaron en Taialà, un barrio de la periferia de Girona.
Fue ya a mediados de los 80 cuando surgió el segundo negocio de la familia, con los dos hermanos mayores, Joan y Josep, al frente con poco más de 20 años, pero con una gran vocación por la cocina. El Celler de Can Roca comenzó su andadura junto al bar de sus padres, al que años más tarde también se unió Jordi, dividiendo sus papeles entre la cocina, los vinos, y la repostería.
Su gastronomía es diferente a la de sus padres, aunque sus influencias son evidentes, intentando adentrarse en la alta cocina, el primer plato de El Celler fue una merluza con vinagreta de ajo y romero. A poca distancia de su restaurante inauguraron la Torre de Can Roca en 1995, un lugar para celebrar banquetes y otros eventos que en 2007 se reconvirtió en el nuevo Celler de Can Roca cuando trasladaron el restaurante a esas instalaciones, cuatro veces mayor que el anterior local. Y hasta ahora.
Justo en frente se encuentra desde hace años La Masía, el lugar donde surgen las ideas. Se trata de un centro de investigación, creatividad y también de formación y desde donde han surgido muchos de los proyectos de los hermanos Roca a lo largo de todos estos años.
A solo un par de kilómetros de Girona se encuentra Mas Marroch, un “espacio natural para eventos privados y de empresa. Y un restaurante muy especial bajo las estrellas”, definen en su web. Aunque está bajo el paraguas de los hermanos, lo dirige Encarna Tirado, la mujer de Josep.
Si seguimos hablando de negocios en los que las parejas de los hermanos Roca están involucradas no podemos saltarnos Casa Cacao. Esta marca engloba varios negocios. Por una parte, el proyecto de Jordi Roca en el que ha logrado crear un pequeño obrador en el que el chocolate es el protagonista gracias a su trabajo con diferentes comunidades productoras de cacao de América Latina. Ahí es donde comercializa sus delicias chocolateras, pero justo encima la experiencia continúa.
En el mismo edificio se encuentra el Hotel Casa Cacao, que dirige Anna Payet, mujer de Joan Roca. Se trata de una estancia decorada por Sandra Tarruella, con vistas al río Onyar, que conforma un hotel boutique de lo más cuco con 15 habitaciones en las que la joya de la corona está en su azotea, donde se disfruta de un desayuno al estilo Roca, y se abre al público para el brunch y dependiendo de la época también se ofrecen comidas y cenas.
La marca Cacao no termina con el hotel, ya que justo en frente se encuentra Bar Cacao, una cafetería donde cualquiera puede acudir para catar la bollería que nace en la cabeza del pequeño de los Roca y que es capaz de endulzar cualquier paladar junto con sus exquisitos chocolates.
Lejos de la alta cocina, sin perder la máxima calidad, los hermanos Roca poseen Normal, “una propuesta bien normal, desde una cocina directa, espontánea. Que recuerda de dónde venimos y que quiere reforzar el gesto intuitivo de la cocina a fuego vivo, de la cazuela a fuego lento, de los aromas de una cocina que viene de lejos en el tiempo. En Normal nos queremos vestir de pausa, gozo, suculencia y sabrosidad”, definen.
La cocina de Normal está bajo los mandos de Elisabeth Nolla, que se formó junto a los Roca en El Celler, mientras que la sala está dirigida por Joaquín Cufré y Joel Calsina ejerce de sommelier.
En 2012 Jordi Roca y su mujer, Alejandra Rivas, se embarcaron en una nueva aventura con Rocambolesc, una heladería en la que los sabores van cambiando dependiendo de la temporada y existe una infinidad de toppings que, según el sabor seleccionado, se recomiendan unos u otros para potenciar aún más los sabores. Más allá de su local en Girona también están presentes en Barcelona, Madrid, Valencia e incluso en Houston.
A lo largo de más de una década la pareja ha querido expandir la marca Rocambolesc y fue en 2022 cuando, justo al lado de su heladería de Girona, abrieron una confitería que nació a partir de sus toppings en la heladería. Allí venden golosinas, galletas, pasteles y otros tantos productos con el sello de Jordi Roca, convirtiéndose en un paraíso para los más golosos.
El último local abierto bajo la marca Rocambolesc es una bikinería que está al lado de la heladería y de la confitería. En pleno Barri Vell, ofrecen una amplia selección de bikinis, desde el clásico para los más conservadores, hasta otras versiones vegetarianas o con trufa.
Este es uno de sus últimos proyectos y a la vez uno de los más ambiciosos. Esperit Roca se encuentra en el Castell de Sant Julià, un lugar donde los hermanos pretenden “seguir el avance y los nuevos retos de crecimiento conceptual, espiritual, lúdico. Un espacio donde hacer crecer nuestros equipos, activar el talento interno y construir un escenario gastronómico”.
En el castillo se encuentran diferentes espacios relacionados directamente con El Celler de Can Roca. Ahí se sitúa el espectacular hotel, pero también un restaurante donde reinterpretan los platos más icónicos de los Roca, y una destilería que definen como "la cocina líquida de El Celler de Can Roca".
A ello se le suma una impresionante bodega en el centro del Castillo con 80.000 botellas y una zona de exposición donde se encuentra un recorrido visual a través del proceso creativo de El Celler de Can Roca.
Una de las últimas apuestas de los Roca es Vii, un bar en pleno centro de Girona que abrieron a comienzos de agosto en un local ya con historia, pero del que ahora han cogido los mandos. En él continúa David Freijomil como jefe de cocina y Audrey Doré, jefa de sommeliers de El Celler de Can Roca, también al frente.
En Vii la carta es más normal, con cocina de tradicional en donde sirven tapas de 16 a 19 horas, aunque abren todos los días de 13 a 23 horas. ¿Su objetivo? Enriquecer la oferta gastronómica de Girona con la cocina popular y sus vinos.
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