"No, el lomo no va en la nevera": los errores más comunes que cometemos con el embutido en casa

Embutido
  • Los embutidos de diferentes clases son habituales en nuestra cocina

  • Sabemos elegirlos y disfrutarlos, pero ¿sabemos conservarlos?

  • Te contamos cuáles son los errores más habituales que cometemos con el lomo o el salchichón

Los embutidos de calidad son un signo de distinción de nuestra gastronomía patria. Casi de manera innata sabemos cuáles son los que no pueden faltar en nuestra cocina para un picoteo de altura; alternamos con gusto lomo, jamón, salchichón o chorizo dependiendo del momento y la situación. Pero, y aquí viene la cuestión a tratar, ¿sabemos conservar el embutido en casa? Todo apunta a que no, para qué engañarnos, ya que solemos tratarlos a todos por igual. Y eso, al final, termina por afectar al sabor y textura de la pieza en cuestión. Te contamos cuáles son los errores más comunes que cometemos al guardar el embutido en casa, porque ha llegado el momento de ponerles fin.

Guardar todos los embutidos en la nevera

Si tienes en casa una pata de jamón serrano, no se te ocurre meterla en la nevera. Pero una vez que se corta, ¿qué hacemos con él? La respuesta es sencilla: si en tu cocina hay menos de 20ºC, déjalo fuera en un plato tapado con un paño limpio. Si la temperatura es superior, es el momento de llevarlo a la nevera. Y si lo tienes envasado al vacío, puede resistir fuera de esta hasta una temperatura de 23ºC.

¿Y el resto de embutidos? Si hablamos de los que son frescos, como el jamón cocido, mortadela, etc., no hay duda de que deben ir a la nevera en un recipiente hermético. También puedes guardar en frío el chorizo y el salchichón, pero es un error hacer lo mismo con el lomo. Si no quieres que su textura, apariencia y sabor se modifique, te recomendamos que lo dejes fuera de la nevera. Notarás la diferencia.

Mantener el envase original

Los embutidos pueden llegar a nuestra cocina en diferentes envases o envoltorios, que sin lugar a dudas han sido los más adecuados hasta el momento del consumo. Pero luego no tienen por qué ser los ideales si hablamos de mantener cada pieza en óptimo estado. Como ya hemos dicho, los embutidos frescos deben guardarse en envases herméticos, sin importar si los compraste envasados o cortados el peso. Además de conservarse en buenas condiciones, no se contaminarán de olores del resto de la nevera ni se secarán antes de tiempo. 

En el caso del jamón, el salchichón y el chorizo, en el momento en el que empieces a consumirlos deberás sustituir el envoltorio original por papel film transparente. Este tipo de papel se adhiere a la pieza de embutido, optimizando la conservación y evitando que pierda humedad, porque si esto ocurre es cuando notaremos que se ha resecado y perdido sus propiedades originales. 

Cortar embutido de más

A veces no podemos calcular la cantidad exacta de embutido que tenemos que cortar y la tendencia es, en esos casos, a cortar de más. Siempre que puedas, ve cortando tus piezas de chorizo, salchichón, lomo o jamón al momento. Si no, lo que no se coma en el momento tenderá a resecarse. Para evitarlo en la medida de lo posible, ese embutido que sobra deberá ir a la nevera y, como ya sabes, bien envuelto en papel film para que no pierda humedad.

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