España es el país de Europa en el que se consume más cerveza sin alcohol. Concretamente un 13% del total. Sin embargo, a pesar de ser grandes consumidores de esta bebida, parece que todavía no la conocemos muy bien, porque solemos hablar indistintamente de cerveza sin alcohol o cerveza cero, cuando realmente existen algunas diferencias entre ellas.
Algo que suele pasarnos con alimentos y bebidas es que nos quedamos con la idea que se destaca en el envase, generalmente en letras de gran tamaño, mientras pasamos por alto la información realmente objetiva y relevante, que se suele mostrar en letras pequeñas y en un lugar menos visible.
Por ejemplo, si en el envase de un fiambre vemos que pone algo así como “Super York” en letras grandes, asumiremos que se trata de jamón cocido. Pero en realidad esas palabras son una marca comercial que no tienen por qué significar eso. Para encontrar la información realmente útil, probablemente tendremos que darle la vuelta al envase o rebuscar bien por la etiqueta. Lo más probable es que acabemos por enterarnos de que ese producto no es un jamón cocido sino un fiambre de jamón cocido, es decir, un producto de menor categoría comercial.
También es muy común que acabemos utilizando de forma coloquial algunos nombres que realmente no se ajustan a la realidad. Sin ir más lejos, solemos hablar de “jamón york” para referirnos a lo que en realidad es “jamón cocido”, que es el nombre legal con el que se define este producto.
En el caso de la cerveza sin alcohol nos ocurren a menudo estas dos cosas. Por un lado, hablamos genéricamente de ella, como si todas fueran iguales. Y por otro lado, empleamos términos coloquiales o marcas que no siempre se ajustan a la realidad.
Para aclarar las cosas, no hay nada mejor que acudir a la legislación. En ella veremos dos categorías que se refieren a las cervezas de este tipo:
Así pues, esas denominaciones legales son las que deben figurar obligatoriamente en el etiquetado de una cerveza de ese tipo, según el caso.
Teniendo esto en cuenta podemos decir que la cerveza cero no existe. Al menos, en términos legales. Se trata en realidad de una marca comercial, es decir, un nombre publicitario que hemos asumido y que utilizamos para hablar de la cerveza sin alcohol.
Ahora bien, la legislación sí especifica que el etiquetado de los alimentos no debe llevar a error, así que, si un fabricante indica que su cerveza es 'cero', se interpreta que esa palabra se refiere al contenido en alcohol. Y más concretamente, que su contenido en alcohol es menor de 0,45% (en caso contrario se redondearía hacia arriba, así que se consideraría que la cerveza contiene un 1% de alcohol y no un 0%, de manera que no se podría indicar ese 0%).
Por otro lado, hay cervezas que van más allá y que indican en sus envases 0,0%, lo que significa que contienen menos de un 0,045% de alcohol (al igual que acabamos de mencionar, si el contenido fuera mayor, se redondearía hacia arriba y se consideraría que la cerveza contiene un 0,1% de alcohol, de modo que no se podría indicar ese 0,0%).
En definitiva, lo que encontramos en el mercado es lo siguiente:
El consumo de alcohol es perjudicial y no hay una dosis segura. Eso significa que cuanto menos alcohol consumamos, mejor. Es decir, en términos de salud, sería mejor una cerveza 0,0% que una cerveza 0% y ambas, mejores que una sin alcohol convencional.
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