Kas o Fanta, ¿cuál prefieres? Esta puede parecer una pregunta sencilla, de hecho lo es, pero su respuesta esconde muchas aristas. Y es que pocas cosas marcan tanto la línea entre las dos Españas como identificarse con una u otra bebida. El norte se vincula más a la marca de origen vasco. En el sur, en cambio, la Fanta es la preferida.
A mediados del siglo XX se generalizó la llegada a España de las bebidas carbonatadas, unas bebidas que ya estaban marcando tendencia en el resto de países europeos. Una de las consecuencias de este influjo que llegaba desde el otro lado de los Pirineos fue la aparición de Kas. En la Vitoria de 1956 los hermanos Jose María y Luis Knörr Elorza mezclaron las gaseosas que fabricaban en su propia empresa con concentrado de zumo de naranja. Así nació lo que llamaría Kas, añadiendo la letra K de su apellido al nombre de su fábrica ‘El As. Y desde la capital alavesa, el Kas se fue expandiendo hasta ser la referencia en todo el norte de España. En las regiones norteñas no se pedía un refresco de naranja o de limón, sino que se pedía un Kas de uno y otro sabor.
Unos años antes de que en Vitoria surgiera el Kas, en la Alemania de 1940 nacía la Fanta. En un contexto bélico como el que se vivía en la época en Europa, las fábricas alemanas de Coca Cola no podían recibir los productos necesarios para hacer sus refrescos, por lo que las factorías germanas comenzaron a trabajar con cierta independencia, centradas en el mercado local. Al tener que tirar de imaginación para elaborar sus refrescos crearon una nueva bebida a la que llamaron Fanta, según dicen como una reducción de ‘fantasie’, fantasía en alemán.
Eso sí, no fue hasta 1955 cuando nació la Fanta de naranja. Tras el conflicto bélico, Coca Cola recuperó el control sobre sus fábricas en Alemania y comenzó a buscar nuevas fórmulas para sus bebidas. Así, a mediados de los cincuenta del siglo pasado, con naranjas de Nápoles nació su refresco de naranja.
El éxito de Kas en España, espoleado por su patrocinio del exitoso equipo ciclista que adoptó el nombre de la bebida, hizo que las grandes empresas del sector pusieran sus ojos en ella. Así fue como en los años 90 la empresa alavesa pasó a ser propiedad de PepsiCo. Una nueva piedra en la rivalidad. Si Coca Cola tenía a Fanta, desde entonces PepsiCo tenía a Kas. También a Mirinda, pero esa es otra historia.
Dado el poderío de Kas en el norte de España, Fanta se fue posicionado en el sur, donde además se aprovechó del creciente negocio del turismo. Al ser parte de Coca Cola, su distribución conjunta llevó a que muchos bares de todo el país sirvieran Fanta. Incluso en el norte. PepsiCo, por su parte, hizo lo mismo. También en el sur.
La rivalidad entre Kas y Fanta se ve más en sus consumidores que en las propias marcas. Mientras que Kas se ha enfocado para un público más adulto, con una bebida menos azucarada, Fanta se ha centrado en los jóvenes, e incluso, en los niños. Incluso el branding de una y otra empresa busca captar esos sectores, siendo la imagen de Kas mucho más adulta y sobria (dentro de lo que es el sector) que la de Fanta, con formas suaves e incluso un tanto infantiles.
Más allá de esto, la diferenciación palpable en la calle entre una y otra bebida no está tanto en la edad de sus clientes sino en su origen y en su filiación hacia una u otra. Aunque el ámbito territorial se haya difuminado últimamente, Kas sigue siendo el rey en el norte.
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