Un plato de pescado frito es casi irresistible. Sardinas, boquerones, pescadilla, salmonetes… cualquiera de ellos ve potenciado su sabor al pasar por una plancha o sartén con aceite en plena ebullición. Ahora bien, ¿cuántas veces has renunciado a esta delicia por no soportar el olor a pescado? Y es que parece que cuando una sardina entra en la sartén, su olor se propaga a toda velocidad más allá de la cocina. Pero eso se acabó, porque ya sabemos el truco para que la casa no se llene de olor cuando frías pescado.
Es inevitable que el pescado desprenda olor cuando lo cocinamos, pero sí podemos rebajar la intensidad del mismo. Esto más que un truco, es un consejo que deberías tener en cuenta: cuanto antes cocines el pescado, menos olerá. Eso significa que menos olerá tu nevera, tu cocina y el resto de la casa. Así que, en la medida de lo posible, compra el pescado el mismo día que vayas a cocinarlo.
La ventilación es un punto esencial a la hora de deshacerte del olor a pescado. Si tu cocina tiene ventana (y no hace un frío insoportable), ábrela antes de empezar a cocinar y, por supuesto, pon a trabajar el extractor de humo. Ya sabemos que esto no resuelve por completo el tema del olor a pescado, pero ayuda mucho a evitar que se propague fuera de la cocina.
Al parecer, la solución definitiva que el pescado llene la casa de olor al freírlo, es tan sencilla como poner una cacerola con agua hirviendo y, dentro de ella, cáscara de limón o de naranja, aunque es buena idea combinar estos dos cítricos. También puedes añadir un chorrito de vinagre para el efecto anti olor sea aún mayor. Pon todo a hervir antes de empezar a cocinar y no lo apagues hasta que no hayas terminado. Verás la diferencia.
Si quieres reducir al máximo las posibilidades de sufrir el olor a pescado, hay otros trucos que puedes poner en práctica. Uno de ellos es sumergir el pescado en leche durante 10 minutos una media hora antes de cocinarlo. Luego solo debes escurrirlo bien y prepararlo como más te guste. Otra opción es machacar un poco de raíz de jengibre y espolvorear sobre el pescado. Deja que repose unos minutos y lava con agua fría. También hay quien afirma que poner en la plancha o sartén en la que vas a cocinar el pescado una cáscara de limón y un ajo reduce mucho el olor.
Es decir, si has olvidado poner en práctica estos trucos y el olor intenso ya es una realidad en tu cocina, ¿qué puedes hacer? Pues volver al truco inicial: hervir en una cacerola limón, naranja y vinagre. Cuanto antes lo hagas, antes desaparecerá el olor. Y una vez que hayas recogido la cocina, añade un chorrito de vinagre rojo al cubo de la fregona y pásala por todo el suelo. Deja que se seque y aprecia cómo el olor disminuye considerablemente.
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