¿De verdad funcionan las jarras que filtran el agua del grifo?

  • Es una de las alternativas que eligen muchas personas para tratar de mejorar el agua del grifo de algún modo

  • Puede cambiar su sabor o retirar las posibles impurezas que haya en el agua

  • La gran pregunta: ¿son realmente útiles?

No podemos vivir sin agua. Es esencial para que nuestro organismo funcione adecuadamente y, sin duda, la bebida básica que debemos priorizar en nuestra dieta. Afortunadamente, en nuestro entorno solo tenemos que abrir un grifo para conseguirla. Tan fácil como eso. Al menos en teoría, porque en la práctica muchas personas optan por otras alternativas, como el agua embotellada o los sistemas de filtrado.  

¿Podemos confiar en el agua del grifo? 

En España el 99,5% del agua que sale por el grifo es apta para el consumo. Para lograrlo se aplican tratamientos de depuración y potabilización, y para comprobarlo se somete continuamente a infinidad de análisis. 

A pesar de ello, se estima que el 40% de los hogares bebe agua embotellada, algo que además de resultar poco sostenible y generar una cantidad inmensa de residuos, supone un desembolso económico importante.  

Esta paradoja se explica por varios motivos. Por ejemplo, algunas personas desconfían de la inocuidad del agua que sale por sus grifos porque piensan que contiene contaminantes peligrosos o que el cloro con el que se potabiliza supone un peligro para la salud. Aunque el principal motivo para buscar alternativas al agua del grifo reside en el sabor: hay zonas donde, a pesar de ser segura, el agua tiene un sabor que resulta desagradable para muchas personas, debido sobre todo a que se trata de aguas duras, con cantidades elevadas de minerales como calcio y magnesio. 

¿Cómo funcionan las jarras que filtran el agua del grifo? 

Muchas de las personas que no quieren o no pueden beber agua del grifo buscan una alternativa más cómoda, sostenible y barata que el agua embotellada y optan por sistemas de filtrado para el agua del grifo. Las jarras filtrantes se encuentran entre las opciones más populares, por ser también una de las más asequibles y sencillas. 

Se trata concretamente de jarras de plástico o de cristal provistas de un filtro en la parte superior. Así, cuando las llenamos con agua del grifo, esta pasa a través de dicho filtro, reteniendo diferentes compuestos, según las características del producto. 

Por lo general estas jarras disponen de un cartucho intercambiable, compuesto normalmente por dos elementos: un filtro de carbón activado, útil para retener el cloro y otras posibles sustancias o pequeñas partículas, y otro filtro de resinas de intercambio iónico, que permiten retener algunos de los elementos que dan dureza al agua, como el calcio y el magnesio.  

Es decir, el funcionamiento de estas jarras tiene fundamento y su uso resulta útil en cierto modo. Ahora bien, es necesario tener en cuenta algunas consideraciones.  

Cómo usar las jarras filtrantes para el agua del grifo 

Lo primero que debemos tener muy presente es que este tipo de jarras no es útil para potabilizar el agua. Es decir, nunca debemos emplearlas para filtrar agua que no haya sido sometida a control sanitario, como la de pozos o fuentes sin garantía sanitaria. Dicho de otro modo, solo debemos utilizarlas para el agua que es apta para el consumo, como la del grifo.  

Otro aspecto que debemos tener en cuenta es que, una vez que filtramos el agua del grifo, esta pierde gran parte del cloro. Recordemos que este compuesto se añade para potabilizar el agua, es decir, para eliminar la presencia de microorganismos patógenos y evitar su desarrollo. Así que, si lo retiramos, la vida útil del agua se reducirá drásticamente. Así pues, el agua filtrada dura menos tiempo que el agua sin filtrar y es más susceptible de contaminarse con patógenos. Por eso conviene mantenerla en el frigorífico (las bajas temperaturas dificultan el desarrollo de bacterias) y consumirla cuanto antes.  

También es fundamental saber que los filtros se van saturando con el uso, de modo que pierden eficacia y dejan de ser útiles. Además, en ellos pueden acabar desarrollándose microorganismos indeseables. Por eso es muy importante sustituirlos con regularidad (la frecuencia dependerá de diferentes aspectos, como las características del cartucho, el uso y las recomendaciones del fabricante). 

Útiles, pero no imprescindibles 

En definitiva, las jarras filtrantes pueden ser una opción para tratar de mejorar en cierto modo algunas características del agua del grifo, como el sabor, siempre que dispongan de buenos filtros y las utilicemos debidamente. En cualquier caso, su uso no es imprescindible, dado que el agua del grifo es apta para el consumo en la gran mayoría de los casos. 

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