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Saborea Lanzarote, el festival que va mucho más allá del mojo: "Todo en la isla es único"

Entre mojos, papas arrugadas y vinos malvasía volcánica se ha presentado la nueva edición del Festival Enogastronómico Saborea Lanzarote —que se celebrará en La Villa de Teguise los próximos 23 y 24 de noviembre— con el objetivo de llevar la cultura gastronómica de la isla a toda España. Todo ello bajo el lema 'La cocina del ingenio' "que sale de la destreza y creatividad de la Lanzarote de los años 40 y 50. Era una tierra ardua, sin posibilidades y de ahí nació la destreza del pueblo de cultivar en la ceniza volcánica y generar un producto diferenciado", cuenta Oswaldo Betancort, presidente del Cabildo de la isla.

El Festival Enogastronómico Saborea Lanzarote da protagonismo a la particular cocina que se da en la isla y a esos alimentos que sugen en su tierra volcánica o de sus costas bañadas por el atlántico. "Nuestros productos son únicos y nuestros chefs consiguen trasladarlos al plato para expresar emociones. Eso es lo importante, que la gente disfrute y se emocione con lo que ve y lo que come", subraya Ángel Vázquez, consejero de los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT) y coorganizadores del Festival, que ha logrado dotar a cada Centro Turístico de una gastronomía particular y diferenciada entre ellos.

Más de una década después de su primera edición, el Festival Saborea Lanzarote se ha convertido en un punto de referencia no solo para los locales, también para turistas y para aquellos que buscan nuevas experiencias, texturas y sabores para su paladar. Una cita clave para degustar la gastronomía típica de Lanzarote y de las islas con la oportunidad única de hacerlo con productos autóctonos, artesanos y con un sabor inmejorable.

Una cepa única en el mundo

Pero sobre todo lo que prima en la isla es la oportunidad de llevarte experiencias ligadas a la gastronomía en un entorno espectacular. Y eso lo tiene claro la chef y presidenta de Saborea España Susi Díaz, que recuerda su primera vez en Lanzarote y como quedó maravillada ante el paisaje de La Geria. “Tuve que parar el coche porque tenía la necesidad de pisar y acercarme a esas viñas. El sonido de esa pisada no lo olvidas nunca. Es algo único con lo que se hace un vino increíble”, relata la chef.

Precisamente La Geria y su paisaje absolutamente fascinante es uno de los grandes atractivos de Lanzarote, pero también es una estampa que surgió de la necesidad de su población. Nereida Pérez, secretaria del Consejo Regulador de la Denominación de Origen del Vino de Lanzarote, señala como tras los seis años de erupción del Timanfaya todo el territorio quedó cubierto de ceniza volcánica.

“Los hoyos que vemos hoy los tuvieron que hacer los agricultores para intentar llegar al suelo fértil en busca del terreno donde ellos cultivaban antes de las erupciones. Estas particularidades nos dan una cobertura de picón que, pese a la escasez hídrica, el rocío de la noche se conserva y logra que ahí se mantenga humedad”, explica Pérez sobre ese paisaje que parece sacado de la Luna y donde surge la malvasía volcánica, una cepa única en el mundo que ya "se pide en Estados Unidos o Japón", destaca también Ángel Vázquez.

Más allá de sus playas y esos paisajes que en ocasiones parecen sacados de otro planeta, el turista que aterriza en Lanzarote también busca esas experiencias de las que hablaba Susi Díaz relacionadas con la gastronomía local y con el producto de calidad y de cercanía. “Las papas arrugadas y la batata son una seña de identidad importante, pero no nos podemos olvidar de las gambas y los carabineros de La Santa, los pescados, el gofio o los quesos”, resalta el consejero de los CACT sobre la gastronomía isleña.

El valor del producto local

Sin perder ese arraigo a lo propio, el chef del restaurante Lilium, Orlando Ortega, admite que, si tuviese que recomendar un producto lanzaroteño que no debe faltar en cualquier despensa, ese no es otro que el gofio, la harina de millo (maíz) tostado. “Es un producto que nunca falla porque es muy trasversal, puede ser un entrante o formar parte del plato principal o del postre como protagonista o actor secundario”, explica el cocinero.

Un gofio que combina a la perfección con los quesos de la isla, “ligados con el territorio donde se desarrolla la actividad ganadera. Desde la raíz, el entorno donde estamos es lo que diferencia a los quesos de Lanzarote de otros”, subraya Claudia Reyes, maestra quesera de la isla. Sin duda, el que más se demanda es el fresco de cabra, pero también los semicurados y, sostiene, los de pimentón llaman mucho la atención del público.

Sin duda Lanzarote es mucho más que esos paisajes volcánicos a los que ha ido dando forma el viento alisio proveniente del océano Atlántico. Es tradición, arraigo, cultura y un legado gastronómico que, como decía la presentadora Ángeles Blanco, es una isla que “sabe a fuego, mar y viento”.