La abogada de 'El rey del cachopo' muestra las cartas de "amor" que le mandaba desde la cárcel: "Quiero cubrirte de besos"

  • Ana Isabel Peña es la ex abogada de César Román, más conocido como 'El Rey del Cachopo'

  • Ana Isabel ha aportado en 'Fiesta' las cartas que muestran que 'El rey del cachopo' estaba obsesionado con ella

  • "No sabes lo que siento por ti, de tu corazón al mío hay un hilo de seda que por muy lejos que estemos no se rompe ni se enreda"

Ana Isabel Peña, ex abogada de César Román, más conocido como 'El Rey del Cachopo', se ha convertido en una de las protagonistas de los medios de comunicación. La penalista confesaba hace algunos días que durante el tiempo en el que defendió al empresario, habría vivido todo un calvario por el control que César pretendía ejercer sobre ella y por su insistencia: "Llegaba a llamarme 15 veces en un mismo día".

Ana Isabel Peña llegó a ser objeto de obsesión para 'El rey del cachopo' y muestra de ello son las decenas de cartas que le envió desde prisión y que la abogada ha mostrado en exclusiva en 'Fiesta'. En las cartas, en torno a 50, César le confiesa a Ana Isabel que "la quiere mucho" y que "necesita salir para cubrirla de besos":

"Cuando salga de prisión te voy a tener que cubrir de besos porque eres lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. No sabes lo que siento por ti, de tu corazón al mío hay un hilo de seda que por muy lejos que estemos no se rompe ni se enreda. No te saco de mi cabeza, a ver si todo esto acaba y puedo demostrarte lo que siento por ti en libertad. Je t'aime".

Una psicóloga analiza a César Román: "Seductor criminal"

Con palabras tan sorprendentes como estas se dirigía César Román a su abogada, unas cartas que él ha negado más tarde pero que la letrada ha aportado en nuestro programa. La psicóloga Lara Ferreiro ha analizado este extraño comportamiento y lo ha catalogado como "un seductor criminal".

Tal y como ha explicado Lara, este tipo de personas creen que están enamorados pese a lo que sienten son obsesiones maníacas. Estas personas no segregan la hormona del amor, si no que manipulan a la otra persona para conseguir sus objetivos: "En ocasiones llegan incluso a creer que son amados, que la otra persona es quien les acosa, son narcisistas, creen que todo el mundo se muere por ellos".