Conocimos a Ania Iglesias en el año 2000 cuando entró en la casa más famosa de la televisión. Fue segunda clasificada en el primer 'Gran Hermano' de la historia y pisa de nuevo un plató de televisión para contarnos el infierno que ha vivido en los últimos años y del que ya, afortunadamente, comienza a salir.
Hace algún tiempo Ania Iglesias comenzó a sentirse mal. Empezó a notar que su energía no era la mima y que se sentía excesivamente cansada: "Llegué a pensar que a lo mejor no estaba comiendo bien porque, como ya sabéis, no siempre he tenido buena relación con la comida".
Fue entonces cuando Ania decidió realizarse pruebas médicas y descubrió que padece una enfermedad congénita que afecta a la sangre: "Me han visto este año en la sangre algo que no estaba bien, es algo congénito, me han hecho hasta una prueba de leucemia, pero finalmente han descubierto que es talasemia".
Tal y como ella misma ha explicado, se trata de una enfermedad que el cuerpo no produzca la cantidad suficiente de hemoglobina, una parte importante de los glóbulos rojos: "En ocasiones hasta tienen que hacerme transfusiones".
Pero este no es el único motivo por el que los últimos meses han sido un auténtico infierno para Ania. La exgran hermana ha contado en 'Fiesta de verano' cómo su novio le fue infiel en repetidas ocasiones, algo que descubrió gracias a las decenas de mensajes que recibía a través de las redes sociales:
"Yo hace un año ya empecé a notar señales, él tonteaba mucho con mujeres por Instagram y también fuera de Instagram, él siempre me negaba las cosas, nosotros discutíamos poco pero todas las veces que lo hacíamos era por el mismo tema (...) Confirmé mis sospechas gracias a la solidaridad femenina, me llegaban mensajes de muchas mujeres diciéndome que habían tenido algo con mi chico o que él lo había intentado (...) A día de hoy no sé deciros si lo he superado del todo, pero sí que os digo que no volvería con él porque el que nace lechón muere cochino".