Loly Álvarez regresa a la televisión y confiesa que está gravemente enferma: "Cada día pensaba que era el último"
Loly Álvarez ha permanecido alejada del foco mediático durante el último año
La enfermedad que Loly sufre a punto ha estado de acabar con su vida
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Loly Álvarez llevaba un año completamente alejada del foco mediático. La polifacética cantante ha elegido 'Fiesta' para regresar a la televisión y poner fin a las especulaciones sobre su retirada.
Loly fue durante décadas una asidua de la prensa del corazón, pero en los últimos tiempos Loly ha estado completamente retirada, y el motivo no es otro que un asunto de salud.
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Con la voz entrecortada, Loly Álvarez le ha contado a Emma García el infierno por el que ha atravesado en el último año y que a punto ha estado de acabar con su vida:
"Fui a mi médico de cabecera a hacerme una analítica porque yo soy una tía muy sana, me los hago regularmente pero en esa cita médica le comenté a mi doctora que tenía un dolor en el pecho, aunque yo estaba convencida de que era un resfriado mal curado (...) Cuando mi doctora me atendió me dijo que me fuera corriendo a Urgencias, allí me hicieron un electrocardiograma y se dieron cuenta de que tenía el corazón mal, que mi corazón estaba funcionando al 20%, que mi corazón podía pararse en cualquier momento, que sufría riesgo de muerte súbita (...)
Yo apenas podía creer lo que estaba pasándome, pensaba que estaba viviendo una pesadilla y mi único deseo era salir de allí corriendo (...) Empecé entonces un tratamiento durísimo que me dejó K.O. hasta el punto que no me tenía de pie, no podía ir al baño sola, no podía peinarme, no podía hacerme un café, llegué a pensar que si esas eran las consecuencias del tratamiento no merecía la pena vivir (...)
Cuando salí del hospital mi única obsesión era que no se enterara nadie, estuve mucho tiempo sin contárselo a apenas nadie (...) El tratamiento que tengo es algo de por vida pero afortunadamente mi cuerpo se ha acostumbrado, tardé cuatro meses en soportarlo (...) Me acostaba por la noche pensando que no me iba a volver a despertar y me levantaba por la mañana convencida de que era mi último día (...) Llegué a pensar que ese era el final y eso me provocaba muchísimo dolor porque me quedaban tantas cosas por hacer y por decir (...) Esto no lo he podido verbalizar hasta ahora".