Gabriella estalla contra las críticas por haber empezado una relación con Manuel González

Gabriella Hahlingag está recibiendo un auténtico aluvión de críticas desde que su relación con Manuel González saliese a la luz en el reencuentro de 'La isla de las tentaciones 8'. Cansada de ser juzgada, la que fuera tentadora de Montoya estalla y da un golpe en la mesa.

La murciana se ha enamorado del tentador de Anita y ha decidido darle una oportunidad. Aunque ahora este se encuentre participando en 'Supervivientes', Gabriella piensa esperarle y serle fiel durante los tres meses que dura el concurso si hace falta.

Pero en redes y en la calle su relación no está siendo bien vista. Harta de que se les esté juzgando sin descanso, ha decidido responder a todos aquellos que no dejan de insultarla por haber decidido iniciar una relación con el exnovio de Lucía Sánchez.

"Yo es que flipo", escribe a través de sus stories de Instagram tras leer los comentarios que ha recibido por parte de una internauta. Mensajes que son solo un ejemplo de los cientos de directs que recibe a diario con insultos de todo tipo.

En la captura de pantalla se puede ver cómo esta mujer acusa a Gabriela de practicar el oficio más antiguo del mundo y también de disfrutar más realizando ciertas prácticas sexuales con Montoya que con Manuel.

Hahlingag reconoce sentir "pena" y no entiende "que la gente tenga este tipo de palabras" hacia ella "solamente porque estoy con quien quiero".

"¿A quién le puede hacer tanto daño que dos personas que estaban solteras hayan decidido darle una oportunidad al amor?", se pregunta.

La exnovia de Álex Girona es consciente del historial y de los fallos de Manuel. También de los suyos propios. Aún así, no duda ni tampoco se arrepiente de haber iniciado una relación con él. "¿Qué es lo peor que puede pasar?", reflexiona mientras asegura que, si lo suyo con el gaditano "sale bien" será algo "maravilloso".

Por el contrario, "si sale mal", Gabriella no cree que haberlo intentado con él pueda ser considerado como un error, sino todo lo contrario. Un acto de valentía y "un aprendizaje" de cara a sus posibles relaciones futuras.